sábado, agosto 26, 2006

AMIGO, VIEJO,TOCINO Y VINO, AÑEJO 23/12/04

“AMIGO, VIEJO; TOCINO Y VINO, AÑEJO”

A veces cuando recibes una llamada por el teléfono y desconoces el número, de momento te preguntas: quién será, quizás alguien vendiéndote una Biblia con el regalo de una flauta para que encantes serpientes, como le pasó a un amigo de Colmenar (Málaga) el día de los Santos Inocentes; menuda guasa tuvo el de la flauta, pero resulta que no era nadie de las encuestas ni tampoco un vendedor de un plan de jubilación que los bancos te machacan a cada instante si ven que en tu cuenta corriente tienes el doble de lo que cobras al mes, o sea: ná de ná. La llamada era de un amigo de la infancia que me lee cada vez que sale un artículo mío en este periódico, mi amigo Paco Romero, vecino de la calle de Castellón, y créanme si les digo que no hablaba con él desde cuando yo tenía el pelo negro azabache, o sea, un porrón de tacos de almanaque. Pero como las amistades imbricadas de la niñez no tienen doblez alguna acto seguido comenzamos a hablar como si nos hubiéramos despedido hacía un rato. Tantas vivencias infantiles y juveniles tenemos que el cartílago de mi oreja, imagino que la de él también, lo tenía adormilado de tanto apretar el auricular. Qué tío más cojonudo y que buena persona es este Paco. Yo lo recuerdo siempre riendo y de guasa constante, serio para sus cosas y amigo de sus amigos. De los que me nombraba, el primero fue su amigo muy personal: Pepe, el de Esperanza, actual policía municipal, y seguidamente salieron Hilario, Pepe de Filo, su hermano Luís, mi primo Juan, Enrique (Quiqui), Paco Roldán, todos músicos, incluso el burro de Valero (cinco patas) y su esposa, la señora Margot; Queti, la que tenía una vejiga de marrano que al inflarla y soltarle el aire sonaba una gran ventosidad al pasar alguien cerca de nosotros, culpándonos a todos los andarríos de la calle; esta señora también alquilaba tebeos a perra gorda (10 céntimos de peseta); las novelas de Corín Tellado (de amores) para las mujeres, y las de Marcial Lafuente Estefanía (oeste) para los hombres, las alquilaba a dos reales. Paco me hizo recordar el refugio, que imagino en la actualidad estará cerrado por los bloques que construyeron al final de nuestra calle de Castellón. Este refugio tenía dos entradas: una cercana a la vivienda de Valero y la otra frente a su casa, igual que el también tapiado situado en la fea escalera; ¿verdad que es fea?, del Sagrado Corazón y final de Roberto Cano. Los “panecitos”, el rancho de las cabras de Juan, que crecían en la ladera de la Batería de Costa, donde disparaban el cañonazo cada mañana a las doce en punto, nos hacían tener unos retortijones de barrigas que más tarde nuestras madres nos los curaban con agua de Carabaña o de aceite de ricino, que para el caso es lo mismo, y ya se sabe que si tomas una pequeña cantidad de esos mejunjes, debes estar sin salir de tu casa durante todo el día porque el apretón no te avisa hasta que la “carga” la tienes en la puerta trasera deseando salir.
El recuerdo de la “Piedra Ahogá”, la pequeña roca bañada por las olas situada detrás de la Bola del Mundo, y cercana a la Poza de la Vieja; dos lugares peligrosos que solamente se aventuraban a bajar los pescadores de caña,….y nosotros, los arrojados cagones. La Poza de la Vieja era una oquedad, especie de cueva, situada en la misma pared del acantilado, donde el agua que se acumulaba cuando la azotaba el levante era, en buen tiempo, una pequeña piscina que el sol calentaba al atardecer. Desde el borde de esta piscina natural nos lanzábamos al mar hasta llegar a la “Piedra Ahogá” para ver si podíamos arrancar unos cuantos mejillones que luego tirábamos o regalábamos a cualquiera. Para llegar a estos lugares debíamos bajar por unos hierros que los pescadores habían clavado en la pared de la roca. No intenten saber como lo hacíamos unos niños de apenas diez o doce años, lo que sí les aseguro que nos bañábamos allí y también en el “Agarraero”, lugar a espalda del Cementerio, donde por aquéllos años se ahogó un chaveílla, con jersey colorado, de las Canteras del Carmen.
Hace unos días leía que una antigua linotipia (limpiada con gasoil) del desaparecido El Popular de Melilla está en el Museo para que todo el mundo la pueda admirar, y me vino a la memoria una señora que vivía cerca de Paco (solo dos puertas hacia el Cementerio) llamada Rosario, que todo el mundo la llamaba “La Populona”, porque en los tiempos en que ese periódico se editaba ella lo vendía en la ciudad. Esta señora tenía dos hijos de baja estatura; recuerdo al de mayor edad que solía anunciar la cartelera de los toros en septiembre con un megáfono a pleno pulmón subido en una camioneta por las calles más céntricas. Le apodaban: “Chevalier” porque solía cantar o bailar como el famoso actor francés. Otros más crueles, burlándose de su baja estatura, solían decirle: “Chevalier, ponte en pié, que nos vamos”. Otro era el vendedor de chucherías, cañadú y arropía “¡a gorda el cacho!” también, cruelmente, le llamaban: La Meona”, por que siempre llevaba los pantalones meados por su dipsomanía.
El refrán con que he titulado el artículo es como el antiguo melillense: “Más viejo que los Balcones de Palos de El Pueblo”, porque no me negaran que esos balcones no son viejos y llenos de historia, y aunque el símil sea exagerado así es mi amistad con Paco Romero, antigua y grata. Todo lo que han leído va dedicado a los que reposan en La Purísima y también a los que quedamos aún aquí dando la lata, ergo coñazo.
Reciban un cordial saludo
Juan J. Aranda
Málaga diciembre 2004-12-23

RECUERDOS POSTALES EN NAVIDAD 16/12/04

RECUERDOS POSTALES EN NAVIDAD

Hace unos años los hermanos Antonio y Rafael López Yeto, q.e.p.d. los dos, compañeros de Correos, escribieron muchas vivencias que les ocurrieron a ellos y a muchos de nosotros que aún estamos por aquí dando la lata en un libro inédito que merecería su publicación, mayormente por lo que ocurría en nuestro cuerpo postal durante medio siglo. Ahora que se acercan las Pascuas, como siempre se le llamaba a estas fechas tan señaladas, entonces en Correos se amontonaba el trabajo cuadruplicando su servicio con el mismo personal, y algunos jefes con ganas de medallas sin importarles una mierda la sobrecarga de trabajo de sus subordinados. Entonces no se contrataba a nadie, solo habíamos funcionarios e interinos, y pare de contar. Como Franco aún estaba en El Pardo, los sindicatos estaban en las sombras medio acojonados sin poder hacer nada, aunque algunos ya hacíamos nuestros pinitos; las cartas epistolares eran las reinas de las Navidades junto con los mini sobres donde se enviaban las tarjetas de visitas felicitando las fiestas. El caso es que el franqueo de esos sobres tan pequeños costaban lo mismo que una carta normal, pero claro, para mucha gente era más importante enviar una tarjeta de visita que una de Navidad, que es lo típico. Como ejemplo diré que costaba lo mismo una carta que el autobús o un periódico. Estos sobres tenían la particularidad, por lo pequeños que son, de amarrarlos aparte porque se salían del paquete y se descoordinaba todo el trabajo de horas de clasificación, o sea que eran un coñazo; los compañeros antiguos que me lean lo podrán afirmar. Las cartas por estas fechas, parecían subirse por las paredes, tenían vida propia, se clasificaba en cualquier sitio, tanto encima de una tabla entre dos banquetas, como en el mismo suelo. Los códigos postales solo los veíamos de las que llegaban del extranjero; aquí en España no existían y los buzones tampoco teniendo por obligación que subir la correspondencia a “música talón” por las escaleras del vecindario, aunque muchos usábamos un silbato y los destinatarios bajaban o lanzaban una cestita amarrada a una cuerda. En cada cartería existían las figuras de los “sabios” y el “lector”. Éste era el encargado de pregonar a viva voz, antes de su devolución, los nombres y domicilios que eran desconocidos, y cuando algún nombre era reconocido por uno de nosotros decíamos: “mío”; y los sabios, que solían ser los carteros más antiguos eran los que se sabían los nombres de casi toda la población, como los nombres antiguos de calles, por ejemplo en Melilla a la calle José Antonio Primo de Rivera, antiguamente se le llamó: Conde del Serrallo. Toda la carga había que transportarla sobre el hombro, llamando a la antigua cartera de cuero: “El Suaviza lomos”, y bien que lo suavizaba la muy cabrona; los carritos no existían. En una de las páginas de este libro se puede leer que estaban dos carteros, por estas fechas de tanto trabajo, sentados en un bar de la Alameda almorzando, porque a sus casas era imposible desplazarse ya que entonces la hora de entrada era a las siete de la mañana pero la de salida podía ser hasta que no se veía el sol, y de pagar horas extras, tararí que te vi. Estos después de estar currando ocho horas quedándoles otras tantas, comieron como dos antiguos curas convidados, finalizando el almuerzo con dos cafecitos y la copita de coñac, que para eso estaban en Navidad y además que se lo merecían. Después de que el camarero retirase los platos de la comida cuando estaban tomando el café y el licor se presentó un parroquiano que solía tener fama de roñoso y ser un fantasmón. Sin dar los buenos días le dice al camarero, todo espléndido y para darse importancia: “Lo que hayan tomado los carteros corre de mi cuenta”. Yo creo que fue el último farol que se tiró el tío al saber que los dos “postmans” se habían hartado de jalar pagándolo él todo, por jilipollas.
También por estas fechas, y con un frío que pelaba, una vez que un cartero de giros estaba prestando su servicio por el carril De la Cerda, en Pedregalejo Alto, justo donde se encuentra el Sanatorio San Francisco, se le acerca una chaval alto y bien parecido preguntándole si le haría el favor de llevarlo hasta la carretera de El Palo para coger el autobús; sí, hombre con mucho gusto, díjole el cartero, ya que estaban muy lejos de donde deseaba ir; y así hablando de cosas banales, éste le pregunta al muchacho: “ Yo ya te he visto varias veces por aquí, ¿no eres empleado del sanatorio?”; “No, que va, a mí mis padres me han encerrado aquí porque dicen que estoy loco y ahora me voy a escapar, para que se jodan y me busquen”. ¡Toma ya!. Cualquiera era el guapo que daba la vuelta y tiraba con la vieja Motobic amarilla (aún no habían vespas) para arriba, hacia el sanatorio. Imagínense un cartero con una cartera llena de dinero y con un loco de paquete en la moto oficial, y además agarrándose con las manos en el cuello. El camino se le hizo más largo que de costumbre. Ya no volvió a llevar a nadie en la moto, ni siquiera en la suya particular, solo a sus hijos y a su mujer.
Reciban un saludo y que pasen unas Fiestas agradables, en particular a los que están enfermos y a los que tienen que hacer servicios esos días tan señalados, a todos Feliz Navidad y un 2005 lleno de ventura y felicidad. Y a mis compañeros postales que el trabajo les sea leve, aunque lo dudo.
Reciban un cordial saludo.
Juan J. Aranda Málaga Navidad de 2004


Juan J. Aranda
Málaga diciembre de 2004

RAZONAMIENTO A LAS VERDADES COMO PUÑOS 14/12/04

RAZONAMIENTO A LAS VERDADES COMO PUÑOS

Según leo en El País la vieja aspiración de los rifeños republicanos de trasladar los restos mortales de Abd el Krím a Axdir, su pueblo, se va a hacer realidad dentro de poco. Creo que muchos de sus actuales seguidores estarán contentos con la noticia, y más el personaje que hace años (ya teníamos democracia en España) pedía que una estatua del rebelde republicano marroquí estuviera en el centro de la Plaza de Armas de El Pueblo. Esa petición, aparte de ser una utopía absurda, y también una bufonada, dañaba la sensibilidad de muchos melillenses que aún conservaban en su memoria los hechos tan trágicos del verano de 1921. Muchos lectores de este periódico habrán tenido la ocasión de leer “Las Quince Verdades como Puños” y “En Clave de Réplica” escritas por el profesor don Manuel J. Alonso sobre la polémica suscitada por la “cooficialidad” de la lengua marroquí (no española), el Tamazigh, en nuestra ciudad. Otra petición utópica y absurda que nuestra democracia permite que la haga cualquiera de sus ciudadanos, aunque hayan sido de otra nacionalidad o sean oriundos de allende la frontera. A mí, por si cuela lo absurdo y lo utópico, me gustaría que en Melilla se implantara y fuese cooficial la lengua Romaní o Caló, ¿porqué no?. Se imaginan ustedes un colegio donde los niños aprendieran a llamar al reloj: peluco; a los ojos: zacais; al chaveílla: burnó; a entender o comprender las cosas: chanelar; al aceite: elampio; a la cartera: embea; a la navaja: churi; a la cama: piltra, etc. . Mi amigo Antonio, hijo de la señora Rosa, de la calle Castellón, se alegraría muchísimo que sus descendientes “chamullaran” (hablaran) la lengua de sus ancestros, que algunos entendidos creen que vinieron de Egipto hace muchos siglos (Tronco del Faraón). Y puestos a pedir también el Hebreo, no te jode, que también los descendientes de mi amigo Moisés tienen el derecho de aprenderlo en las escuelas de Melilla, pagadas por el Estado con los impuestos que pagamos todos. Y si no se pueden cooficializar estas lenguas, pues que promocionen la que el doctor Lázaro Luís Zamenof creó en 1887, lengua creada con la idea de que pudiese servir como lengua universal, me refiero al Esperanto; y si ésta es artificial hagámosla entre todos tan natural como la vida misma. Yo creo que las quince verdades del señor Alonso debieran ser lectura de cabecera para las personas que lo han denostado y ofendido para que así aprendan la historia de sus ancestros. Cuando he leído los dos artículos, con todos mis respetos al señor Alonso, me he tomado la libertad de hacerle un símil con los refranes castellanos: “Cantaclaro no tiene amigos”, o: “Boca de verdades, cien enemistades”. Estas personas, para adquirir un poco más de la cultura que poseen, también debieran enfrascarse en la lectura, entre otros autores, de David Wolman en su “Abd el Krím, La Guerra del Rif”; “Abd el Krím y el Protectorado” de José María Campos, “Datos para la Historia de Melilla” de Gabriel de Morales, y repasarse en la biblioteca algunos de los libros del que fuera Cronista Oficial de Melilla, don Francisco Mir Berlanga. De verdad que le sería muy esclarecedor leer a estos autores y no tomar a burla y a chacota las 15 verdades como puños que les hace el señor Alonso a las personas, según él, que le llaman “nazi”. Y de los otros 12 de su réplica les aconsejo los muy clarificadores puntos 4, 7, 11 y 12. En ellos podrán contrastar muchos datos históricos de la región vecina de Melilla, y además sin costarles un céntimo. En el reverso de la página leo las “perlas” peyorativas que una señora, educadora social, dice del señor Alonso: “Parece que la edad ha acentuado su animadversión hacia nosotros los <marroquíes-no-melillenses-por-benevolencia-nacionalizados…….>”. Esta señora dice que Melilla necesita de una educación social; pues claro, mujer, y también de moral, y de ética, y de respeto hacia los que discrepan y no opinan como tu vecino, y todo lo que hace falta para la normal convivencia; pero eso no es nuevo, lo que si es una falta de Educación Social (en mayúsculas) es leer los dos artículos documentados del señor Alonso y que le provoque divertimento y una patética risa por un lado y por otro decir la falacia de que este profesor enseña implícitamente: “ el <valor> de la intolerancia, el racismo y el fomento de la asimilación cultural y educativa, etc.”. A mí, y creo que a muchas personas bien pensantes nos ha enriquecido culturalmente y no he notado ni una línea de intolerancia ni de racismo en los dos artículos; lo que sí he podido deducir es que estaba un pelín mosqueado, y con razón, así cualquiera. No sé la edad del señor Alonso, ni tengo el placer de conocerlo; ya me gustaría leer sus publicaciones, lo que sí me parece una falta de respeto es que se descalifique a una persona por los años vividos y que dice la verdad educadamente con la contundencia histórica, o sea, como un puño, porque imagino que siendo catedrático en la Universidad tiene capacidad para enseñar y el rigor para decir esas verdades sin llegar a sacar el dedo corazón del mismo puño y apuntarlo hacia el cielo añíl de Melilla, como hubiera hecho otra persona cabreada. Dicen que un vaso medio vacío es también un vaso medio lleno, pero una mentira a medias, de ninguna manera es una media verdad. En el Diccionario Espasa podemos leer un refrán que dice: “Una mentira, de ciento tira”; y como todo refrán tiene su explicación que más o menos quiere decir que mentir es una fatal consecuencia, porque para hacer creíble el engaño hay que ensartarlo con otros varios, porque si no te aplican lo del cojo y el embuste, que a éste se coje antes que a aquél.. Por eso dice la máxima latina: “Quien miente en una cosa, faltaría a la verdad en todas”. Yo les digo a estas personas faltonas (por lo de faltar el respeto) que se dejen de tanta demagogia y no se avergüencen de someterse a las Leyes (Constitución y Estatuto de Autonomia de Melilla) y también del que sabe más que ellos, como es el señor Alonso.
Reciban un cordial saludo.

Juan J. Aranda
Málaga

TRANSFUGAS ESCALADORES 07/12/04

TRANSFUGAS ESCALADORES


En León ha ocurrido una cosa semejante a lo que pasó en la Comunidad de Madrid, y es que se han cepillado al alcalde del PSOE por culpa de dos tránsfugas del partido local dándole la alcaldía al PP. En la calle muchos leoneses se manifestaron bronqueando a los tránsfugas y vitoreando al alcalde depuesto. Esto me recuerda un artículo de Manuel Vicent publicado en El País en aquéllos días tan aciagos para el candidato socialista a la presidencia de la Comunidad de Madrid. El artículo de Vicent se titula: “El Castillo”. Y empieza diciendo que el Sistema es un castillo prácticamente inexpugnable, en cuyo interior habita a sus anchas la derecha de toda la vida. La muralla de la fortaleza es muy alta, más o menos, como los torreones Bonete Chico, las Cabras, la Florentina, etc., que circundan El Pueblo en nuestra ciudad. Tiene barbacanas con artillería de todos los calibres y con un foso lleno de cocodrilos hambrientos. Dice que la derecha “se alimenta del Sistema por propia naturaleza llegándole la nutrición hasta el alma después de hacer un alto en los genitales, (será para orinar los desechos). Lo tiene todo a su nombre: el Papa y la bomba atómica, la Bolsa de Nueva York. y los misiles del Pentágono, el Derecho y la Justicia, el dinero y las finanzas, la Patria, las fincas y sus notarios, las escrituras de propiedad en el cajón de la cómoda, las cárceles y los pasteles para después de misa, (más bien un Vega Sicilia y unos taquitos de jamón y de queso), el suelo para edificar y debajo el infierno para castigar y un poco más arriba de los rascacielos (el lugar incomprensible llamado cielo) el trono del Padre Celestial ”. Para Vicent la derecha no necesita para nada ninguna ideología. Dice que “entre distintas familias de la derecha muchas veces se arrancan una pierna de una dentellada de tiburón, pero tan pronto sus intereses comunes peligran, tardan media mañana en cerrarse como un puercoespín, cuyas púas son distintas según los casos. Si las artimañas legales de la democracia no les bastan, siempre tienen a alguien dispuesto a sacar los tanques. La misión histórica de la izquierda consiste en asaltar ese bastión del Sistema. Antes de empezar a escalarlo los comunistas, los socialistas y los socialdemócratas pueden pelearse solamente por una palabra”. Dice que también la estrategia de escalar el muro los divide: “unos pretenden romper la muralla por las mala, otros se lo toman con calma, otros tratan de pactar concesiones con los que están arriba, o sea, con la derecha. Después de infinitas discusiones la izquierda comienza con afán a trepar por el lienzo y al verla subir, algunos especialistas de la derecha ya no les lanzan aceite hirviendo desde la barbacana (ya no se lleva eso), sino muchas canastas llenas de billetes atadas a una cuerda como el sedal de la pesca al volantín (pescar así es comodísimo). Cuando en plena ascensión alguien renombrado de la izquierda pica (como los que no se presentaron a la votación en Madrid o los de León), tiran con fuerza del sedal y lo elevan hasta la almena, trincado por las agallas y con la boca abierta. Era uno, o una, (en ambos casos hay una dama) que tal vez soñó un día en cambiar el mundo. Y entonces dentro del Sistema (en la plaza de Armas del Castillo) es celebrada una gran fiesta”. Mucha gente de derecha, no toda, tiene la memoria muy familiar y casi toda la izquierda, no toda, la tiene colectiva; ésta es por lo de la redistribución de las riquezas. Yo pienso que el dinero es como un virus maldito: una vez pudre el alma del que lo alberga, se va en busca de otro para chuparle su sangre fresca. Más o menos como Drácula. Y ¡Colorín, Colorao!, éste cuento sigue sin acabar
Reciban un cordial saludo.


Juan Jesús Aranda
Málaga diciembre de 2004

CERTAMEN DE POESÍA 28/11/04

CERTAMEN DE POESÍA “ÁNFORA DE PLATA”, CASA DE MELILLA EN MÁLAGA



RECUERDOS DE MI NIÑEZ EN MELILLA


Aunque romántico parezca,
y quizás lo sea,
si Sócrates pensaba dialogando
y Descartes dudando yo,
cuando pienso en Melilla
dichoso lo hago soñando.
nunca digo que es mía
porque la realidad es
que soy de ella,
como la Ñ a nuestro castellano idioma,
como el olor ajado de una rosa,
como mis pensamientos al aire
en mi Parque Lobera
que siempre me retraen a la niñez.
A sus murallas de San Miguel,
o las de San Carlos,
donde en invierno
la lluvia oblicua las golpea.
Donde en el atardecer del estío
una pareja con la oratoria
muda en sus ojos
sólo hablan de amor.

¡Melilla!,
con tu Rusadir barbacano
que te guarda y te mima
desde La Concepción,
desde Las Cabras,
desde La Florentina,
desde las Cinco Palabras,
todos con sus lienzos de piedra,
donde sólo te habla el viento
que al mar, dislocado, agita.
Y el Gurugú,
¡ay!, Gurugú escabroso
que siempre salvaje
desde su ruinoso castillo te vigila.
Lugarón que fuiste
gayola de presos antaño,
sonriente y feliz eres hogaño.
A veces eras
por vecinos asediada,
otras, con ingratitud,
por hermanos desamparada.
Pero siempre por aquellos,
tu pureza española,
sin razón es deseada.

Tu Río,
tu Oro,
no es oropel de relumbrón
ni tampoco aprendiz de río.
Es nuestro Oro,
el de las ranas y los sapos,
el de la aguada de mi padre,
el que a veces,
con sus buches que asustan,
atraviesa tu corazón.

Tus dos grandes pensiles,
como pañuelos bordados de flores,
son los hermanos melillenses:
El Hernández,
y el Lobera,
mis parques.
El “cánido” de Ataque Seco,
desde su atalaya de Victoria Grande siempre
mira con amor de hijo humilde
a su lejana Madre España.
Él siempre la llama con dulzura
ofreciéndole sus frutos:
“Es mi sombra de pinos, madre”.
Su hermano, el Hernández,
desde sus altas palmeras
con estribillos de sus ramas
y sus flores cantoras
celoso le dice:
“Yo la veo mejor que tú
y nos manda besos con el mar”.

¡Melilla!,
coqueta, alegre y bonita,
con tus calles alfombradas de Historia
durante siglos Marte te cubrió de gloria
eres en mi corazón honda jacilla.
De añil alumbrada oyendo
tú viendo cruzando la mar
una africana gaviota volar
y en sus alas mi niñez trayendo
a esta hermana orilla mi memoria
bebiendo de tu inmensa gloria.
Con los colores de nuestra bandera acerola
para mí serás siempre española.

DE RECUERDOS Y ANTIGUALLAS 15/11/04

DE RECUERDOS Y ANTIGUALLAS

El día 18 de octubre veo en la primera página de este periódico una fotografía actual de un pequeño autobús, al parecer era de los felices años veinte, circulando por la Plaza de España en una especie de concentración para un reportaje de vehículos antiguos. Mi cariño por las cosas inmemoriales, como las fotografías familiares de color sepia por los años transcurridos que guardamos en viejas cajas de galletas como oro en paño; mi abuela guardaba la tabaquera de lata de su hijo Juan, como carteles y programas de teatro del año 1907 del Teatro Alcántara; de febrero de 1916 del Teatro Kursaal, actual Nacional, de la que muchos antiguos, entre ellos mi madre, llamaba “Cuesta del Kursaal” a la avenida de Cándido Lobera; del Salón Imperial de diciembre del mismo año; de 1923 del Reina Victoria y de 1935 del Cine Monumental, que nuestro amigo el señor López Domínguez tuvo la amabilidad y la gentileza de enviarme a mi domicilio, gesto que selló nuestra amistad y mi agradecimiento, enviándole desde estas líneas un cordial saludo. Viendo la figura de ese antiguo autobús por la Plaza de España me puse a buscar entre las fotografías hasta encontrar varias de las que he enviado tres a la redacción de este diario para que los amables redactores publiquen la que mejor les cuadre. La más antigua es la que se ve a un señor joven y enchaquetado que era el conductor de una camioneta, que en la actualidad nos parecería de juguete o de museo, con las ruedas macizas, sin puertas y sin faros eléctricos, encendiendo estos con carburo al llegar la noche, camioneta que sirvió a principios de los años veinte, entre otras cosas, para el traslado de heridos, y a veces cadáveres, de los distintos puestos militares de las zonas de conflictos hasta Melilla. Otra es la que se ven a cinco muchachos imitando un accidente causado por una moto con sidecar de la marca Harley Davidson de la segunda década del pasado siglo junto a los talleres de la antigua Junta de Arbitrios (Ayuntamiento). Esta moto era un vehículo oficial o de representación, como antes se les denominaba a estos vehículos. La tercera se puede ver al mismo señor, ya conductor de un coche de alquiler con la matrícula ML 1237. Este era un Sedan de cuatro puertas de la marca Erskine del año 1928. El alquiler de este coche, para trabajar como taxi durante quince meses, costó la “friolera” de tres mil once pesetas de las de 1935. La casa oficial de esta marca de coches que existía en Melilla en aquellos años se llamaba: “Moncada, Sánchez del Pozo y Cia. S.L.” situada en la calle Doctor Rizal nº 46. La factura de alquiler de este coche tengo la suerte de conservarla, ya que está a nombre de mi padre y es el que se ve retratado en los tres vehículos que también los conducía. El antiguo nombre de la calle Doctor Rizal, que en la actualidad se llama General Polavieja, lo he encontrado en el voluminoso libro de casi seiscientas páginas, el que he bautizado como “Tesoro histórico de las calles melillenses”, que la Asociación de Estudios Melillenses editó en 1997, cuando la conmemoración del V Centenario de la Ciudad. En él se pueden encontrar por orden alfabético todos los nombres actuales de las calles y barrios y también con los que fueron rotulados anteriormente como por ejemplo, por ser la calle que anduve de chaveílla: Calle Teruel, que si algún vecino desea saber el primer nombre con que la rotularon, según el callejero de la A. E. M., fue con uno de los títulos nobiliarios que poseía el General don Francisco Serrano Domínguez (general Bonito), la de “Duque de la Torre”, el otro título que tenía era la de Conde de San Antonio; quizás a las autoridades de entonces les pareció más acorde el de La Torre, nombre que siempre se le ha conocido, pero muchos vecinos del barrio le quitábamos La Torre y solo decíamos: calle Duque; más tarde durante la II República, el 13 de febrero de 1932, se lo cambiaron por el de “Nakens”; y el 18 de diciembre de 1940 lo volvieron a cambiar por el de “Teruel”, que es el que en la actualidad figura en los letreros. Como todo el mundo sabe donde actualmente está situada es en el Barrio de El Carmen, que durante la II República se le llamó: “Barrio de Torrijos”. Todo esto es copiado literalmente del callejero de la A.E.M., que el anterior presidente de esta Asociación, don José Luís Blasco, tuvo la gentileza de enviarme.
Esta pequeña historia, en resumen, de la calle Teruel va dirigida a los antiguos vecinos de la misma; a las señoras Esperanza, Manoli, Micaela, y cómo no, al señor Nano, todos poseedores de tiendas de ultramarinos; a la señora Ana, propietaria del antiguo obrador de confitería, de caramelos y de carne de membrillo, y a su segundo esposo, don Ricardo y de los hijos de éste, Ricardo y Carmelo; al dueño de la carbonería situada frente a los marmolillos; al del estanco y al de la panadería junto a la antigua fuente de hierro de agua de Trara. A todos ellos, y a mis padres en particular, sirvan estas líneas como un humilde homenaje desde esta otra orilla.
Reciban un cordial saludo.

Juan J. Aranda
Málaga octubre de 2004




UNA DE COOFICIALIDAD LINGÜISTICA 15/11/04

UNA DE COOFICIALIDAD LINGÜISTICA

Yo no me voy a extrañar, a estas alturas, porque algunos nacionalistas peninsulares reivindiquen que su lengua vernácula sea cooficial en su comunidad junto al castellano, siendo esta la de todos, aunque les pese y renieguen de ella. A pesar de residir en esta otra orilla cada vez que leo algo sobre nuestra ciudad que en mi opinión, aunque no sea considerable de darle importancia, yo también me veo en la obligación de escribir estas líneas con el asombro, sí señor, asombro, que me ha causado la reivindicación para que sea el Tamazigh lengua cooficial junto al castellano en nuestra ciudad. A continuación voy a intentar dar una réplica a varias cartas y artículos aparecidos durante estas fechas, y también reivindicar mi opinión al respecto; porque yo también tengo derecho a reivindicar. En el Diccionario de la Real Academia Española (RAE), la palabra “Genocidio” dice: “Exterminio sistemático de un grupo social por motivos de raza, de religión o político”. Se refiere a personas y no a lenguas o idiomas. Esta palabra tan trágica y tan infausta para los que lo padecen se debe pronunciar con mucha precaución, y si no se sabe lo que quiere decir, debe buscarse otra en la que encuadre mejor a lo que se esté escribiendo. Otra es: “Vernáculo”, que se aplica corrientemente solo a la lengua o idioma del país de la persona que se trata. “Fustigar” es otra palabra que significa censurar duramente algo o a alguien con intención justa y ánimo de corregir. A un español nacido en Melilla y habla el Tamazigh porque sus padres se lo han enseñado hay que felicitarle por saber expresarse en dos lenguas, la suya: el Castellano, que es la de su Pais, y la otra que es la de sus padres o abuelos. Lo digo por los que quieren estar con un pié en Beni Enzar y el otro en la Hípica. La hipotética discriminación que algunas personas ven que se le hace a esa lengua, según ellos, milenaria y no a la vasca, a la catalana y a la gallega, creo porque Melilla, que es España, está en el Norte de África y frontera con Marruecos, país extranjero, donde su lengua oficial es el árabe y donde en una de sus zonas se habla el Tamazigh, que no es cooficial, como en Cataluña, Vascongadas, Galicia y Asturias, que si lo son las suyas y que hacen frontera con otras comunidades que pertenecen al mismo país, o sea, el Estado Español, donde se habla el castellano que es, según la Constitución, la lengua oficial. Si no me he equivocado, quienes fustigan son esas personas que censuran duramente a las autoridades con la intención justa y el ánimo de corregir lo que en su opinión está mal hecho.
Los miedos atávicos o ancestrales que puedan sentir algunas personas en Melilla a todo lo que huela a musulmán o beréber yo creo, en los tiempos que corren, que es una falacia, o sea, una falsedad.
Al periodista Antonio Burgos, sin que sea santo de mi devoción, tengo que darle la razón en su artículo en ABC y reproducido en este periódico el 8 de noviembre. Me refiero a la crítica de chanza que le hace a Malik Ruiz, gerente de la Comunidad Islámica de España, al plantearse esta comunidad solicitando la cooficialidad del árabe en Andalucía, en el supuesto de que en Ceuta y en Melilla sean declaradas cooficiales, el árabe y el tamazigh, respectivamente. Antonio Burgos describe una relación de palabras árabes que aún están en nuestro idioma castellano como: aldaba al picaporte, alhucema al espliego, alfajor a la rosquilla, alberca a la piscina, almazara al molino, etc.; finalizando que Malik Ruiz y los reivindicadores en las ciudades norteafricanas llegan con cinco siglos de retraso. Me imagino a mi amigo Juan cuando se entere que un señor musulmán y llamado Ruiz, como su vecino, solicita que en su pueblo sea cooficial el idioma que hablan unos inmigrantes que huyen del hambre de sus países en pateras, donde muchos de ellos mueren ahogados en nuestras playas. Por no despotricar, creo que su sonrisa será de recochineo. A los reivindicadores, para que se centren y reconsideren sus peticiones, les recomiendo la lectura con detenimiento del Artículo 3, apartado 2 de nuestra Constitución que dice: “Las demás lenguas españolas serán también oficiales en las respectivas Comunidades Autónomas de acuerdo con sus estatutos”. El Tamazigh no es una lengua española, es la lengua que se habla en una zona de Marruecos, y que muchos españoles nacidos en Melilla, procedentes de esa zona también la hablan debido a su ascendencia familiar; y pare usted de contar. También debieran repasarse el Artículo 5, apartado H del Estatuto de Autonomía de Melilla en el que se puede leer: “ La promoción y estímulo de los valores de comprensión, respeto y aprecio de la pluralidad cultural y lingüística de la población melillense”. O sea que vamos a respetar, a comprender y a apreciar los valores de la pluralidad cultural de nuestra ciudad y a dejarnos de manipulaciones demagógicas que no tienen razón alguna. Lo malo de todos los que se creen estar en posesión de la verdad es que cuando tienen que demostrarlo no aciertan ni una. Esto no sé quién fue el que lo dijo, pero viene muy bien al pelo. “Quienes buscan la verdad merecen el castigo de encontrarla”. Esto sí que fue el gran pintor don Santiago Rusiñol y Prats el que lo pronunció.
Reciban un cordial saludo.

Juan J. Aranda
Málaga noviembre 2004

UN CONGRESO DIVERTIDO Y UNOS SUELDOS BOCHORNOSOS 07/11/04

UN CONGRESO DIVERTIDO Y UNOS SUELDOS BOCHORNOSOS

En Viena, como todo el mundo sabe, de septiembre de 1814 a junio de 1815, se celebró el famoso Congreso cuyo objetivo era restaurar el equilibrio político de Europa y definir los territorios después de la caída de Napoleón. Austria, Dinamarca, Baviera, Italia, España, Suecia y Suiza fueron los países que se reunieron bajo la presidencia de su artífice el príncipe austríaco Metternich. Buscaban la legitimidad de las monarquías europeas, modificando el mapa de Europa. Francia volvió a sus fronteras de 1792 rodeada de estados tapones: Prusia Renana, Reino de los Países Bajos, Reino de Saboya y el Piamonte. La 7ª Sinfonía de Beethoven se estrenó y fue dedicada a Wellington por su triunfo en Vitoria. Los bailoteos, las representaciones teatrales y los conciertos dieron lugar a que se le llamase: “El Congreso de los bailes”. Total un puro cachondeo y sopleo donde ya estaba todo frito y cocido de antemano.
Un amigo me comentaba que el congreso del PP en Melilla se merece que se le haga el símil del dicho tan castizo: “Lo de Juan Palomo, yo me lo guiso y yo me lo como”. Claro que si estaban los que eran, que necesidad tenían de incluir a más gente; así cada uno queda en su puesto y a seguir el baile, más o menos como el de Viena. Este hombre que llevaba varias décadas dando el callo con los vecinos en los barrios, buscando votos boca a boca y luchando por los colores de las gaviotas peperas, antes AP; a ese o a esos se los han cepillado por la jeró. Lo que me gustaría saber es quien de los organizadores hizo el papel de Metternich y quien fue el Beethoven, porque el preludio político musical que se escuchaba antes de su celebración creo que no gustó a mucha gente al no ser incluidas en las listas (¿estarían en las tontas?), presentando sus respectivas bajas en el partido y si te he visto SÍ que me acuerdo. Yo, ignorante de mí, siempre he tenido la convicción de que las ideas no deben imponerse sino proponerse; por eso propongo a esta gente que han salido avergonzados, más bien cabreados, y haciendo mutis por el foro que organicen un partido en el que más o menos tengan el eslogan como un testículo a otro a la hora de echar un kiki: “No te juntes con el largo que a la hora de la verdad te deja fuera”. Cuentan que el General Narváez en su lecho de muerte, al ser amonestado por su confesor para que perdonara a sus enemigos alzó la ceja, abrió un ojo y le espetó: “¿Enemigos dice, padre?, ¡Yo no tengo enemigos, los he fusilado a todos!”; así, con dos cojones. Amigos, no seamos como el “Espadón de Loja”, que menudo fue el tío de severo con los que no comulgaban con sus ideas. Sabrán que existe un dicho muy feo y ofensivo hacia las mujeres de ese pueblo granadino que nace de cuando este general iba a su finca montando fiestorros a tutiplén.
Si el congreso del PP en Melilla fue denostado por algunos de los integrantes de su partido, imagínense en Ronda que los del Partido Andalucista, los del GIL y los del Partido Popular , que tienen la mayoría en coalición, han aumentado del gasto para sueldos de sus ediles y cargos de confianza un 54%, unos 600.000 euros de nada cada año. Los diez concejales con dedicación exclusiva con 2.309 euros al mes y el Alcalde, que es andalucista: 3.677 euros mensuales. Si tienen algo que objetar, háganlo al maestro armero porque eso ya está en capilla, y no en la Sixtina, en espera de su ejecución. Yo solo tengo una pregunta que formularle a esta gente (palabra amable): ¿Es que en Ronda no hay pobres e indigentes que necesiten más ese dinero?; ¿Es que no se les cae la cara de vergüenza subirse esa enormidad cuando los impuestos suben y los sueldos se van quedando cortos?, ¿Es que algunos políticos no tienen conciencia de que todo el mundo les llama sinvergüenzas, y con razón, cuando ven esas barbaridades?. Por favor señores: tengan respeto hacia los ciudadanos, a los sufridos españolitos que pagamos los impuestos religiosamente para que funcione el País y no para que ustedes perciban esos sueldazos, que muchos trabajadores tardarían años en ganarlos con su trabajo.
En “Las Bodas de Fígaro” (óiganla cuando puedan) Mozart consiguió que la violenta discusión de ocho personajes se convirtiera en un monumento a la armonía. La frase que más me duele es la que muchos peninsulares nos dicen cada vez que sale la derecha triunfante en las Elecciones Generales: “Los melillenses tenéis lo que os merecéis”. Bueno, pues muy bien, si en este caso los políticos hacen sus deberes y lo que prometieron con toda la dignidad que merecemos los que los hemos sentado en sus poltronas. Pero si en los plenos ocurren cosas tan desagradable como en los patios de vecinos, antiguos corralones malagueños, donde solo existía un retrete para diez vecinos en cada piso y varias pilas de lavar en el centro del patio, donde las vecinas hacían sus coladas y también de vez en cuando se enzarzaban en discusiones pueriles de vecindad. Lo que ocurría en estos corralones, y en la actualidad en algunas escaleras modernas, tiene su mijilla de pase, porque la discusión se dirime por las buenas o en los juzgados entre varios vecinos o familiares, pero la bochornosa actuación de unos representantes del pueblo llamándose barbaridades en un pleno es para que ambos dejaran sus poltronas y se largaran con viento fresco a sus quehaceres particulares porque no son dignos de representar a ningún ciudadano. En tiempos de la Transición al hemiciclo de Las Cortes muchos periodistas le llamaban: “Hemicirco”.
Y para terminar si al lector le ha subido la tensión con lo de Ronda o con lo del “Hemicirco” de Melilla le recomiendo que se harte de agua, que es muy diurética, y la mala leche que le ha entrado la vomite en el mar azul de nuestra ciudad que todo lo purifica.
Reciban un cordial saludo.

Juan J. Aranda
Málaga noviembre de 2004

UNA DE PERROS Y SUS HECES 06/11/04

UNA DE PERROS Y SUS HECES

Hace unos días mi amigo Juan me ha enseñado una carta de un señor de Mazagón (Huelva) que ha dirigido a El País avisando a las autoridades sobre el peligro de las cacas de los perros en las vías públicas. He leído la carta como una docena de veces, llegando a la conclusión de que pisar una mierda de perro puede matarme, y si no me creen sigan leyendo. Dice este señor, y con todas sus razones, que: “La caca de perro no es algo que cuando se pisa nos trae suerte, ni abono para la tierra, sino una cosa asquerosa, repugnante y un foco de infección, siendo además una fuente importante de contaminación del aire, el agua y los alimentos, constituyendo un riesgo para la salud. Las numerosas enfermedades zoóticas, la Toxocariasis es sin duda alguna una de las más importantes, ya que afecta principalmente a los niños de dos a siete años. Es uno de los parásitos más comunes del perro, afectando en un 10% a los perros adultos y en un 25% de los cachorros. Las plazas, parques y jardines son un potencial riesgo de contaminación. Los huevos de este parásito maduran en el suelo contaminado por las cacas de los perros y los niños que juegan con tierra y arena son los más proclives a contraer la enfermedad. Los propios perros pueden arrastrar en sus garras restos de sus mierdas e introducirlos en sitios donde se preparan o se consumen alimentos, o basta con pisar una de ellas y llevarla en la suela de los zapatos a estos lugares. La infección se produce cuando las larvas del parásito se introducen en nuestros órganos. Una vez que estos maduran en el intestino, las larvas atraviesan la pared intestinal diseminándose en la sangre y propagándose por todo el organismo. Especialmente eligen el hígado y el pulmón. La Toxocariasis ocular puede llevar hasta la pérdida total de la visión.” He transcrito casi entera la carta de este señor, y créanme si les digo que no teniendo perro estoy acojonado, figúrense el dueño que lo tenga y que además lo cuide mal. Yo creo que las autoridades sanitarias debieran tomarse muy en serio este problema. Imagínense a un chavalillo que anda jugando en un parque infantil donde una rato antes el dueño maleducado de un perro ha dejado que defecase en ese mismo sitio, y sin que la madre del niño se dé cuenta, este toca la mierda, o la pisa, o se cae encima de ella. O que a ese mismo perro se le acerque otro y le dé un lametón en el culo recién jiñado y a continuación pase su lengua por la cara de un amante de los animales, en este caso que sea el hijo de ese amante, o que les pongan su comida en el mismo plato que a los humanos, que de esos sabemos que existen. Habrán comprobado que cuando un perro llega a una reunión de varios de sus congéneres, estos suelen olerle el culo como saludo, y más si es una hembra. También puede ocurrir lo que a un señor de mi barrio, que pisó una mierda del perro de un vecino en la misma puerta, cayendo de espalda y quedando medio paralítico para toda su vida. Este hombre lleva un bastón y solo tiene cincuenta años. Y todo por la mala educación y sin ninguna vergüenza de una persona que permitió que su perro cagara en la misma acera de su vivienda. El señor de Mazagón finaliza su carta haciendo un llamamiento a las autoridades para que obliguen a los dueños de estos animales que los mantengan en perfecto estado higiénico sanitario. Así mismo, las autoridades han de exigir el cumplimiento de las normativas y castigar a quien no respete los lugares donde no deben defecar estos animales. Y mi amigo Juan concluye: “Y ahora quien es el guapo que le pone los cascabeles al gato”, en este caso el bozal a los perros, en referencia a que las autoridades solo hacen campaña de prevención, como en los autobuses de Málaga donde se puede ver un perro con dodotis y una bolsa enrollada en una mano, con el eslogan: “Si no te lo llevas, pónselo”. Yo pienso, y como yo mucha gente, que si un policía trinca a un dueño/a de can con las manos en la masa, en este caso con la mierda recién cagada de su perro en el suelo y no la recoge, que el castigo sea ejemplarizante para los demás dueños. Noél Clarasó decía que el perro no es amigo del hombre, es únicamente amigo de su dueño y de la persona que le da de comer, siendo el único animal preparado por el hombre para atacar al hombre.” Y si alguien piensa lo contrario que se lo cuente a los pisamierdas, como mi amigo Juan, que un día se metió en su coche y tuvo que tirar la alfombrilla por pisar una de ellas. No vean cómo se puso; parecía que le habían robado la paga. Su boca era un volcán de palabrotas anticaninas y antidueños de perros.
Que quede meridianamente claro que yo, particularmente quiero a un perro como a un árbol o cualquier otro animal, porque todos ellos son seres vivos, y como tales hay que respetarlos y cuidarlos, y no dejarlos abandonados cuando no nos interesan tenerlos. Eso tiene un nombre y es: egoísmo, persona que sacrifica el bienestar de los demás por el suyo propio, o sea, que son unos insolidarios de mierda, de perro en este caso.
Reciban un cordial saludo.

Juan J. Aranda
Málaga noviembre 2004

POEMAS NOVIEMBRE 2004

POEMAS NOVIEMBRE DE 2004

Cuando en Melilla desciende
el vespertino crepúsculo africano
la Retreta y el Parte
de sus cuarteles escapan.
Es la corneta llamando:
“¡¡Coronel: Parte, Coronel: Parte!!”.
más tarde es el Silencio,
toque que suena asustando al viento.
Melilla, ciudad infinita de cielo añil,
donde las mañanas se ven junto al mar
pinceladas de vapor en la arena.
Es cuando la romana diosa de la caza,
para que la tropa se levante,
grita con notas de estridente poesía,
oyéndose en sus calles,
que se enredan y desenredan
como un invisible y sonoro hilo
de la disciplinaria llamada matinal.





Escrito en la Desinfección Vizcaya en 1965, cuando escuchaba los distintos toques de corneta del vecino cuartel de Caballería de Alcántara.



















Una calle angosta y estrecha
tiene Rusadir,
que en vez de calle
es cicatriz de herida
de héroes por siglos asediada.
Solo acercando el oído a sus nombres,
trágicos y borrosos por el tiempo,
que ya nadie conoce,
pueden escucharse en los acantilados
las olas romper y
gritándoles constante,
que a las guerras debieran ir
los Demóstenes con sus arengas
para que arrojen escudos y espadas
en los campos de batalla.
Todos ellos están esculpidos
en las viejas losas olvidadas
y rotas de la Purísima.







Escrito en una de mis visitas al Cementerio y observar el lamentable estado en que se encontraban muchas tumbas de héroes que tienen sus nombres en nuestras calles melillenses. Me cuentan que en la actualidad las han remozado dándoles su justo merecimiento en nuestra Historia.










El amor, misterio y sensación sublime que sentimos las personas, es la armonía de los sentidos que el corazón hace entrega sin pedir nada a cambio. Es tener los ojos de engañosa y melancólica expresión. Cuando escuchamos con nitidez la música en nuestras almas, es como el viento de nuestra niñez que vuela por las calles que corríamos de niños. Era apenas un crío de edad lejana, cuando algún mayor me preguntaba qué deseaba ser cuando fuera grande; yo le contestaba que quería ser siempre niño, que para mayores estaban mis padres, o ellos, los preguntones. Melilla me dio la impronta, me transfirió, comunicándome la autoestima de su bella y singular idiosincrasia, crisol de toda la Península. Hollada por el paso de las tropas durante siglos, y a pesar de compatriotas “descafeinados”, ella tiene el sello indeleble de España. Málaga, nuestra hermana mayor, ciudad amable de clima inocente, con su sempiterno sol durante todo el año, hace varias décadas me recibió como a uno de sus hijos. Yo digo con egoísmo que es porque soy nieto, hijo y padre de malagueños, y algo de ella correrá por mis arterias. A veces mi imaginación vuela como una golondrina, siendo las gaviotas con sus crueles picos pescadores las que me trasladan hasta esa otra orilla. Otras me hacen ser un niño invisible sin que nadie me pueda observar mientras deambulo por las calles llenas de gente. Muchas de las palabras que salen de mi ordenador son inventadas por las flores, por las nubes y la lluvia; unas son blandas como el merengue antiguo muy azucarado, o como la mantequilla cortada en verano; otras son cuadrilongas como los dados y lisas como el cristal. Lo que soñaba en el vientre amniótico de mi madre a veces parece que es real; es cuando el rostro de mi padre desde mi alma me sonríe. Entonces me aferro a la melodía de una buena sinfonía y virtualmente viajo a Melilla para darme un baño de nuestra peculiar vitalidad española. Recibir el frescor y la suavidad de sus gentes en armonía con sus calles limpias; siendo como bucear en un mar tranquilo sin apenas olas. Es como conectar la sensibilidad con la memoria lejana y cercana para dar sustancia a lo que en la actualidad podemos observar.

RECONOCIMIENTO 30/10/04

RECONOCIMIENTO A LOS ANTIGUOS Y ACTUALES DIRIGENTES DE LA ASOCIACION DE ESTUDIOS MELILLENSES

Ustedes dirán que soy un poco pesado en mis planteamientos de mis escritos, más bien reivindicaciones. Me refiero a la precaria situación económica en que se encuentra nuestra Asociación de Estudios Melillenses, y digo nuestra porque es de todos los melillenses, al menos de los que sentimos los colores de nuestra ciudad, de nuestra Historia, de la que todos nos debemos sentir orgullosos de pertenecer a ella.
En primer lugar a la A. E. M. le hace falta que el cupo de socios sea incrementado por el máximo número de personas, todas ellas amantes de nuestra Historia. Que los políticos que aún no son socios que no tarden en solicitar la inscripción para aquéllos que les siguen en la escala política de mando lo hagan también; como una especie de predicar con el ejemplo, y mira que buen ejemplo sería si un político de nueva hornada “obligara” a conocidos, afiliados y amigos a participar en una institución tan cultural como es la A.E.M. . Con todo mi cariño yo animo al Cuerpo de Correos (mi gente durante cuarenta años) a que se hagan socios; a los militares que sientan esa llamada de la Historia tan unida a ellos desde que Pedro de Estopiñán puso sus piés en El Pueblo; a todos los funcionarios, profesores y alumnos, incluyendo a los miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad, aunque muchos de ellos ya lo son y desde hace tiempo. Me refiero a los que ignoran la existencia de nuestra asociación. A todos ellos, desde estas páginas les invito a que acudan los sábados por la tarde al Torreón de San Juan nº 8, en El Pueblo.
A los actuales socios, que por olvido o desidia sin mala intención y sin malicia alguna, se están olvidando de pagar las cuotas, hagan todo lo posible de dar los datos bancarios al encargado del cobro de las mismas para así ponerse al corriente. Todo el mundo sabe lo coñazo que es cobrar una cuota anual, sí señores han leído bien, es anual, y de solo 15 euros por medio de un recibito, cuando lo más lógico sería domiciliarlo por banco y quitarse esa pejiguera. Verán ustedes: el señor Cazorla, actual presidente, me comentaba que el dinero recaudado cada mes apenas llega para la limpieza del local, y yo me pregunto: ¿cómo hacía el anterior presidente para que éste estuviera siempre en perfecto estado de revista?; conociendo a José Luís Blasco la respuesta es bien sencilla, y era que el mismo José Luís, tan buena gente que es, y con su altruismo tan bondadoso abonaba esos gastos; y todo era por su amor a nuestra ciudad, a nuestra Historia con mayúsculas, lo mismo que están haciendo los que le han sucedido en el cargo, como Jesús Miguel Saez, como presidente o Miguel Angel Roldán, como vicepresidente, entre otros.
Cuando le pregunté a Jesús Miguel Saez porqué las instituciones públicas no financiaban algunos gastos de la A. E. M. me respondió que estas autoridades no pagan nada sin antes esta Institución no está al corriente de sus cuotas. O sea que si nosotros los socios, en este caso los que no pagan y figuran como tales, no se ponen al corriente, las autoridades no endiñan ni un céntimo. Así está la cosa de oscura. Cuando estos socios se apliquen el parche y se pongan al corriente de sus pagos, ya que por culpa de ellos las autoridades no ayudan hasta que las cuentas estén saneadas y al día, la A.E.M. no recibirá nada más que sonrisas, felicitaciones y fotos de entregas de placas, y pare usted de contar, porque lo que son los billetes de euros para que se pueda investigar y celebrar coloquios para estudiar nuestra Historia, lo que envían los socios de todas partes, revisar las novedades bibliográficas, y tantas cosas que se hacen dentro de esas centenarias murallas de San Juan, no llegarán, y repito y me reitero, aunque sea muy pesado (me importa un cigoto) no tendremos ni un puto céntimo. Y de paso también si a los honoríficos se les ablanda el bolsillo, pues miel sobre hojuelas, que tampoco es tanto, ya que muy bien se podrían desprender de esa mísera cantidad. Lo que se paga al año es menos de lo que cuestan unas cañas entre dos amigos. Así de simple y llana está la cosa, queridos socios y futuros ídem.
Como dice Antonio Bravo, actual Cronista oficial de la Ciudad, a mí me gustaría poder decir a los cuatro vientos desde esta ciudad de Málaga que Melilla es declarada Patrimonio de la Humanidad. Merecimientos los tiene y entre todos, cada uno desde su puesto, tenemos el deber de lograrlo.
Reciban un cordial saludo.

Juan J. Aranda
Málaga octubre de 2004

DE IMPUESTOS Y CAÑERÍAS 25/10/04

DE IMPUESTOS Y CAÑERÍAS

Hay un refrán que a mi no me agrada mucho por el significado que se le pueda dar, según su procedencia ilícita: “El dinero bien huele, salga de donde saliere”. Tito, el futuro emperador, recriminó a su padre cuando éste impuso un impuesto a los evacuatorios públicos, calificando el dinero recaudado como maloliente, a lo que Vespasiano, después de llevarse la moneda a la nariz, vino a decir: “Y a mí que me huele bien”. Es más o menos como a los retretes, que más bien parecen unos quioscos que se pueden ver en las grandes concentraciones de personas donde para hacer uno las necesidades fisiológicas es necesario echar una moneda como las máquinas de refrescos. Créanme si les digo que he podido observar en la romería de San Miguel en Torremolinos a una señora en una de las colas de pié con la cara descompuesta y con las piernas cruzadas en espera de su turno. De verdad que era una lástima verla. Referente a los antiguos mingitorios públicos, mucha gente recordará el que existía donde hoy está ubicado el tanatorio frente a la puerta principal del Cementerio de La Purísima. Huelga decir a lo que olía siempre, hasta que una regadera del Ayuntamiento lanzaba un manguerazo de agua a presión que llegaba Cañada o Castelar abajo hasta la esquina de la calle de Sagasta. Muchas de nuestras madres nos tenían prohibido, bajo pena de furibundos castigos, solo el acercarnos a la entrada de la apestosa garita. Como anécdota curiosa y escatológica dicen que el astronauta Buzz Aldrin fue el primer hombre que se jiñó en la Luna, y también que diariamente en España se producen más de 6.000 toneladas de fulañí; qué cosas, ¡eh!.
Yo que no tengo ni puñetera idea de economía, sé que voy notar en la mía cuando el Ayuntamiento de Málaga me suba el Impuesto de Bienes Inmueble (IBI) casi un 5%, el de circulación un 4%, los aparcamientos municipales un 5%, la zona azul, un 4%, y cada vez que me suba a un autobús me costará 0’90 euro. Pero lo más sangrante será que cada vez que un ciudadano de Málaga abra el grifo para cualquier necesidad sabrá que le estará costando un 50% más. Claro que si calculamos que una persona produce 150 gramos de excrementos al día sin incluir el orín, hagan el cálculo y verán que en un mes cada ciudadano ha expulsado cerca de 5 kilos. Por mi parte, y valga la redundancia, una parte de esa subida estaría justificada, si es que a las personas de los servicios operativos de este Ayuntamiento malagueño les llega esa subida en euros cada mes en su sueldo; me refiero a los que limpian y mantienen en perfecto estado el alcantarillado que tanto repele a ciertas personas, cuando es su mierda la que circula por esas tuberías. A veces lo escatológico parece algo tabú que a nadie le agrada hablar por la “educación” recibida, cuando no es ni más ni menos tan natural como la vida misma, como decía Quevedo en “Gracias y Desgracias del ojo del Culo”, que con los ojos de la cara se puede pasar y vivir, pero sin el del culo ni pasar ni vivir. Lo mismo que decir de un hombre con edad perdida por los años, creyéndose un cuarentón que va en busca de una mujer para pasar un rato encamado, sin reconocer que en su edad el riego sanguíneo que le sube a la cabeza adquiere preferencia al que va destinado a sus partes blandas.
Sobre el carnet de conducir por puntos que se ha puesto en vigor castigando a los que circulan hechos unos irresponsables por calles y carreteras como si fuesen amos y señores; a los que hablan por el teléfono portátil o móvil soltando el volante para cambiar de marcha; a los que a los stops no les hacen ni puto caso; a los que su hígado les va faltando el respeto por el mostagán ingerido demás; a los que para ellos los semáforos son siempre verdes; a los que tiran las colillas encendidas por la ventanilla en vez de apagarlas en el cenicero, y etcétera, etcétera. Aunque lo que voy a decir sé que caerá en saco roto, yo también les restaría un punto, solo uno, en el carnet de conducir a los guarros que se hurgan en la nariz soltando su asqueroso bichito por la ventanilla con tal disimulo que parecen decir adiós con los dedos pulgar, índice y corazón. Estos mocosos también descuidan el volante al sentir el hondo placer de la extracción de su albondiguilla, por eso deben ser castigados, y si no que sea por marranos.
Y para terminar deben saber que a los políticos no se les debe nada. Ellos son los que nos deben a nosotros y están obligados a servirnos el tiempo que dure la legislatura. Deben hablarnos con naturalidad, y que se olviden de los estereotipos y poses emulando a otros.
Reciban un saludo.


Juan J. Aranda
Málaga octubre 2004

UNA DE EFEMERIDES Y CONMEMORACIONES 13/10/04

UNA DE EFEMERIDES Y CONMEMORACIONES

Francisco Roldán, mi bueno y noble amigo Paco, hace unos días me llamó por teléfono con esa risa sana y campechana que te contagia para decirme que tenía la fotografía de la banda de música que este periódico ha publicado recientemente en la que los dos estamos en primera fila; él con el bajo y yo con el trombón de pistones: banda de los flechas de la Falange, una organización política (que no se olvide). La conversación giró en torno a nuestras vivencias de cuando éramos unos andarríos, como nos llamaba mi abuela, calzando pantalones cortos y con los zapatos de goma que nuestras madres, la suya Concha y la mía María, amigas ellas, solían comprar en la zapatería “El Camello” de la calle Margallo; zapatos que apenas andabas unos metros y debido al sudor y a las carreras parecían, con el chapoteo, que llevabas medio litro de agua en cada uno. Eran los años en los que una señora de la calle Duque de la Torre se creía que un agnóstico era un enfermo como el que tenía la tuberculosis, o el misionero que llamaba a las putas: señoritas de virtud fácil. Y poniéndonos más serios era también el del silencio político y de las crueles posguerras: la civil, la muy cabrona, que aún coleaba con toda su mala leche, y de la mundial donde no nos dejaron entrar en el famoso Plan Marchall porque, como dijo alguien durante la Primera Gran Guerra de 1914-1918: “Ni podemos, ni tenemos, ni debemos”; más o menos como debió decirle el señor “Cid Empecinado” Aznar a su amigo Busch cuando lo de Irak. Lo de “Cid” es metamorfosear, más bien copiar, a Santiago Anglada que da al ex-Presidente una fantástica réplica magistral y perfecta de lo que fue la Historia de España en la Época Musulmana. Lo de “Empecinado” es de mi cosecha, y si no me equivoco lo es también de muchos de ustedes. Muchos recordarán aquéllos quesos cuadrilongos donde se veían dos manos saludándose, y de la leche en polvo, de la que más de un niño se cagarruzaba vivo por las piernas abajo apenas su pequeño y vacío estómago recibían esos alimentos a la entrada al colegio. Y ustedes se preguntarán qué quiere decir este con tanta posguerra, silencio político, hambre y zarandajas casposas que hoy en día ya ni nos acordamos, y menos los que nacieron en los años en que vino a la vida la ansiada Democracia. Bien, todo esto viene a cuento porque he leído en este periódico varios artículos referentes a las celebraciones en recuerdo de un hecho histórico, no político, como es la Conquista de Melilla hace ahora 507 años, y nosotros, la banda de los flechas en la que mis amigos Paco Roldán, mi primo Juan Galván, Hilario, Castillo, Manolín, Luís Jiménez y sus hermanos Pepe, Antonio y Rogelio, y tantos otros que tocábamos bajo la batuta de don Julio, amenizábamos cada año por esa fecha en el templete del Parque Hernández con partituras de zarzuelas y pasacalles conmemorando la Conquista de Melilla. Los vestigios (escudos y banderas) de la II República, a pesar de que Franco mandaba en España como en un cuartel al toque de clarín a la hora del famoso Parte se podían admirar, y aún se pueden ver en el Monumento a los Héroes en la Plaza de España, también en el frontispicio de la puerta del Casino Militar y en la placa de la calle Millán Astray. Toda esa impronta está ahí y también en los libros de historia para que sepamos lo que ocurrió entonces. Como bien dice Juan Sierra: el 14 de abril se celebró durante los años que duró la efímera República, y el 18 de julio con sus boatos y parafernalias guerreras se hicieron hasta que a Franco se le olvidó de respirar. Los políticos, que siempre barren para su casa, ¡pero qué listos son algunos de ellos, joder!, en este caso el que desea que esa conmemoración se celebre el 13 de marzo, día en que se aprobó el Estatuto Autonómico de Melilla, le digo como Juan Sierra: el día 13 de marzo es político, donde mañana se pueden cambiar esos estatutos por otros más acordes con los tiempos; y el 17 de septiembre es la fecha histórica más emblemática de nuestra ciudad porque fue cuando ésta se conquistó para España. Por favor no confundamos el culo con el tiempo de ayuno, que es una témpora, que ya están bien definidos los dos. Claro que cuando se acerca esta fecha suele escocer a mucha gente que no sienten la españolidad de Melilla; pues que se rasquen en las fuentes de nuestra Historia o se echen pomada antiurticaria. A estos les llamo: “españoles descafeinados”. Mi amigo Juan dice que es como alguien que te encuentras en un tramo de una escalera y no sabes si sube o baja. Don Antonio Cánovas del Castillo, que era de derechas, dijo una vez: “ Con la Patria se está con razón o sin ella”. Más o menos es a lo que al refrán que dice: “A tu patria y a tu rey, tenles ley”. En este caso es el respeto que debes a la Historia de tu ciudad, a pesar de haber sido a veces baqueteada y maltratada, y porque gracias a esa efeméride y a los que murieron por ella durante estos 507 años, tú puedes plantear esa estulticia donde te de la gana porque nuestra Constitución te ampara, y también andar hoy libremente por sus calles tan españolas como las de mi barrio de Málaga.
Otro gran político de izquierdas como lo fue don Manuel Azaña y Díaz decía: “Habría que cambiar el sistema tan nuestro de censurar todo lo que vemos en el contrario político por una alentadora cordialidad y con afirmaciones de esperanza”. Yo, con mi humilde voto, digo que sigamos conmemorando cada 17 de septiembre que es España como lo venimos haciendo desde hace 507 años.
“Si no puedes lo que quieres, quiere lo que puedes”. Proverbio español que viene a aconsejar que se debe conformar uno con lo que tiene y no a aspirar a algo mejor cuando ello es un imposible.


Reciban un cordial saludo.

viernes, marzo 10, 2006

A ELADIO ALGARRA 04/09/04

A ELADIO ALGARRA, POETA ANDARIEGO DE RUSADIR,
QUE LE PROMETIERON UN “HUEQUECITO” PARA SUS VERSOS
Y SE QUEDÓ EN UNA PROMESA INCUMPLIDA

Leo en el María Moliner que “flagelante” es la persona que se flagela como penitente; o sea, el que se da unos cuantos latigazos o anda descalzo durante una procesión de varias horas porque cree haber cometido tal pecado y es merecedor de ese daño que se inflige. Otra es el flagelador que tiene las ideas un poco retorcidas, siendo la persona que endiña a otra los latigazos y hace a la fuerza que esta ande descalza; en este caso, en vez de latigazos y andar descalzo, fue humillación lo que sintió Eladio Algarra en lo más hondo de su alma por una señora del “Caserón de Enrique Nieto” de la Plaza de España que le prometió que podía leer sus versos en la conmemoración de la Conquista de Melilla en la Plaza del Reloj, y se quedó como cuando a un niño le prometen un juguete y no se lo dan. Para el que no lo conozca, Eladio fue un abnegado maestro de escuela de los antiguos, y amante de su profesión. Era de los que entraban a clase media hora antes y salía media hora después para desasnar a muchos chaveas melillenses de Cabrerizas. Es un romántico de los que apenas quedan en estos tiempos. Su idealismo le hace ser soñador con su sentimentalismo a flor de piel. Sus versos irradian amor hacia las gentes de Melilla, a sus calles y parques, a los pájaros, a sus “Golondrinas y estorninos por el cielo de Melilla” (1º Premio de Poesía, recibido en Málaga), “La luz se hace Nacimiento” (1º Premio Literario de Relato Corto y Poesía de Navidad “Ciudad de Melilla” 2004). Es autor de una docena de libros de poesía y colaborador en varios medios de comunicación, entre ellos el que tienen en sus manos. Le canta con sus poemas a todo lo que deslumbra nuestra ciudad. Todo lo que escribe son hijos legítimos de su emoción. Sus versos son finos y profundos como una larga nota “calderoniana” en un violín Stradivarius. El hombre, todo ilusionado, se encaminó hacia la Plaza de España donde al parecer ésta señora está al servicio del ciudadano, rogándole cortésmente permiso para leer un poema titulado: “A las Mesnadas Andaluzas”. Le dejó su teléfono para que estuvieran en comunicación, y tan incauto y tan sencillo fue que creyó llegado el momento recitaría su poema de apenas tres minutos de lectura. Él quería reivindicar algo de una modesta gloria a los soldados pertenecientes a las mesnadas de Pedro Estopiñán, porque gracias a ellos, soldados rasos y gente de la mar andaluza, y no me equivoco si digo que gracias a ellos, llevamos 507 años en esta bendita tierra. Bien pues llegado el momento en la Plaza del Reloj de Melilla la Vieja, todo previa cita personal con la señora, al parecer responsable del permiso, ésta le dijo que: “Buscaremos un huequecito para los versos”. Claro está que ese “huequecito” brilló por su ausencia, y los versos de Eladio, acto seguido quedaron doblados y doloridos en un bolsillo de su pantalón.
Dicen algunos que el dictador Pinochet prohibió la lectura del Quijote por miedo a que pudiera leerse como defensa a la desobediencia civil. Si esta señora hubiese sabido, antes de darle el NO por respuesta a nuestro amigo y compañero, que la poesía es tan sublime que hace bello hasta el dolor, y que todo lo oscuro lo colorea como el arco iris en la lontananza del mar, hubiese buscado ese “huequecito para los versos” y así las banderas que ondeaban al viento y toda la parafernalia en lo alto de Rusadir hubieran brillado aún más en todo su esplendor. No sé si sabrá que la cultura debe impregnar todos los campos de la política de un país, lo mismo que elegir ser político, que es como un sacerdocio: dar todo lo que tienes por los demás. Aunque sonrían con socarronería por esto último, deben saber que es la pura, y a veces dura, realidad, aunque algunos de ellos, apenas tienen en sus manos la poltrona, se lo pasan por los forros de sus calzoncillos o bragas, según el sexo. Otros tienen tanta suerte que parecen que han nacido con una flor en el culo.
A mi amigo don Eladio Algarra le digo que no se apure que el poema que le negaron declamar en la Plaza del Reloj, que lo publique en este periódico ya que a mucha gente le gustaría leer sus “Mesnadas Andaluzas” y deleitarnos a todos con sus versos llenos de amor patrio. A propósito le recuerdo un refrán que puede muy bien venir a cuento: “Hombre chico, venenico”. Este refrán se refiere también a una anécdota que le ocurrió al bajito y célebre pintor Toulouse-Lautrec que estando rodeado una vez de circunstantes talludos, alguien vino a decirle, por su sencillez en el vestir y su corta estatura, que sin duda debía sentirse muy incómodo allí. “En efecto, mi querido amigo (repuso al punto el ilustre chiquito). Me siento como una monedita de oro en medio de un montón de calderilla”.
Amigo y compañero Eladio: tu poema es la monedita de oro despreciado por la sinrazón.
Reciban un cordial saludo.


Juan J. Aranda
Málaga 4 de septiembre 2004

COMENTARIO EN ROMAN PALADINO... 29/09/04

COMENTARIO EN ROMAN PALADINO SOBRE GIBRALTAR
Hace unos días tuve la ocasión de conversar con un señor gibraltareño en que me decía, en un andaluz cerrado, cínico y zezeante, que nuestras demandas sobre Gibraltar son más bien emocionales y casposas. Así empezó el hombre. Quizás lo de casposas lo diría creyendo que nuestra reivindicación es de hace décadas y voy a enumerar lo que se puede leer en “Ceuta y Melilla en la encrucijada de Gibraltar” de Jesús Salafranca, donde reyes y políticos de todas las tendencias están de acuerdo en ello, desde Felipe V, Carlos III, Marqués de la Ensenada, Modesto Lafuente, Baldomero Espartero, Cánovas del Castillo, Emilio Castelar, Sagasta, José A. Primo de Rivera, Claudio Sánchez Albornoz, Gregorio Marañón, Salvador de Madariaga, Niceto Alcalá Zamora, José María de Areilza, Francisco Franco, Indalecio Prieto, Ramón Pérez de Ayala, y tantos españoles que sentimos esa chinita en el pié desde hace tres siglos. Yo le dije que la forma grosera por parte del gobierno de Caruana y de su Graciosa Majestad, que maldita la “gracia” que tienen los hijos de la Gran Bretaña con todo el pueblo español, es impertinente y prepotente para los tiempos que corren. Yo creo que la culpa de muchas cosas la tenemos nosotros, más bien los gobiernos de turno. Ellos, los nacidos en la Roca utilizan nuestras carreteras. La autopista, .... ¡sin peaje! para llevarlos a Sotogrande, Marbella, La Alcaldesa y otros lugares de la Costa del Sol, la pagamos todos nosotros con nuestros impuestos. Yo, a pesar de no tener ni puñetera idea de asuntos fiscales (para eso tenemos al señor Solbes), me voy a permitir recomendarle al jefe de este ministro, nuestro Presidente, el del buen talante, que a los llanitos se les cobre un impuesto o tasa por usar nuestras carreteras, igual que el que pagamos todos los que poseemos vehículos cada año, que cada vez son más y más caros. Gravar a todas las sociedades con sede en Gibraltar con una tasa especial. Sobre los giros postales remitidos en España y dirigidos a la Roca, creo que siguen prohibidos. Gravar sus embarcaciones deportivas que naveguen por nuestras aguas y atraquen en nuestros puertos. Cuando vayan a jugar al golf a nuestros pueblos cercanos aplicarles unas medidas severas de entrada y salida de “su” Roca, con largos controles muy férreos. Complicarles el uso de su aeropuerto para que al menos tengan razón cuando dicen que somos emocionales en nuestras reivindicaciones. Construir un gran aeropuerto cerca de La Línea para que los campogibraltareños no tengan que desplazarse a Málaga, a dos horas de distancia, para tomar un avión. Yo creo que para hablar con estas personas, andaluces aunque no les agrade serlo, hay que hacerlo con voz firme y sonriente; a los controles, que se les haga explicarles el mal de la droga y la inmigración pirata que comercia con personas.
De nada me valía enumerar fechas y datos de la historia de la Roca de Calpe. Me daba la impresión de que no deseaba entender nada de la traición de que fue objeto España por parte de la Gran Bretaña. No quería entender, ni creo que en su colegio de Gibraltar le enseñaran que España fue expoliada en 1704. No quería saber ni entender que hasta el 30 de septiembre de 1710 se daban salvas de honor en cada cumpleaños del Rey Carlos III. Sobre el Tratado de Utrech, en su artículo 10, tampoco “tenía idea”. Para recordatorio de los lectores este artículo dice: “Si en algún tiempo a la corona de la Gran Bretaña le pareciere conveniente dar, vender, o enajenar de cualquier modo la propiedad de la dicha ciudad de Gibraltar, se ha convenido y concordado por este Tratado que siempre se dará a la Corona de España la primera acción antes que a otros para redimirla”. O sea, y hablando en Román Paladino, que se tienen que joder los queridos llanitos andaluces de la Roca de Calpe, porque antes de que tengan una independencia deben volver a ser españoles.
Al final de la discusión se atrevió a decirme que nuestras reivindicaciones son una gilipollez, porque en los tiempos que estamos ya no “cuajan” en Europa. Yo, claro está, le contesté que una persona inoportuna, que suelta tonterías sin ton ni son, que se cree alguien , más bien presumido y vulgar sí que es un gilipollas. Este hombre tiene un coche de gran cilindrada, es un pedante sabelotodo, su vocabulario es muy pobre y vulgar, y a pesar de todo se cree alguien, cuando solo es eso, un gilipollas.
Reciban un cordial saludo.

Juan J. Aranda
Málaga 29 septiembre 2004














A MANUEL PALOMO 24/09/04

A MANUEL PALOMO, PRESIDENTE DEL MUSEO DE VILLA SANJURJO-ALHUCEMAS
Nuestro amigo Manuel Palomo, fundador del Museo Ma-Pal de Alhucemas Villa Sanjurjo, me comunica que existen posibilidades para que su museo, digo suyo porque es el que durante más de diecisiete años viene recopilando documentos, objetos de toda clase, miles de fotografías con más de ochenta años de antigüedad; el cuadro con la fotografía de la rendición de Xauen; cuatro albumes que contienen las fotografías del armamento recogido al enemigo y que expusieron al público en la Plaza de España. También cómo se formó la Mehal-la de Tarfesit nº 5 con sus estatutos; vistas de Melilla, la Mar Chica, Atalayón, Nador, en 1920 y 1925. Fotografías del Desembarco de Alhucemas y la situación donde se instaló Villa Sanjurjo, actual Alhucemas el 8 de de septiembre de 1925. Como dato histórico hay que decir que el primer proyecto de desembarco debía ser en las playas de Ixdaín y la Cebadilla, playas cercanas a la bahía de Alhucemas. También existen en el museo dos micrófonos para comunicarse desde los míticos aviones de la segunda década del pasado siglo. Todo esto que relaciono es una pequeña muestra de lo que Manolo tiene en su museo en Madrid. Sé que la señora Rocío Gutierrez, Viceconsejera de Cultura, responsable de museología, está interesada en conocer el museo, si es que no lo ha visitado ya, y agilizar los trámites burocráticos para que sea instalado en cualquiera de las salas que existen en la Ciudad. Qué bonito sería que en Melilla existiese un museo histórico monográfico sobre Alhucemas-Villa Sanjurjo. A mucha gente nacida allí le sería muy grato ver las calles que corretearon en su niñez, los rincones donde se enamoraron, el maestro de escuela que impartió la primera clase, el cura que le dió la primera comunión, y como no recordar a amigos y familiares coetáneos. Todo esto podrían verlo también en la revista “Heraldo de Alhucemas” que la Asociación de Antigos Residentes en Villa Sanjurjo-Alhucemas, de la que es Presidente nuestro amigo Manolo. En cada número de esta revista se pueden observar fotografías, que aunque tienen el color sepia por los años transcurridos, son de rabiosa actualidad si las observan los que están retratados en las mismas.
Como cada año, en febrero próximo, tendrán una cena en un hotel de la Costa del Sol, donde se reunirán antiguos residentes de Alhucemas de toda España, y creo que algunos dirigentes de la Casa de Melilla aquí en Málaga serán invitados para que observen expuestas una serie de fotografías inéditas de nuestra ciudad. Manolo siempre busca el hermanamiento entre todos, él es asi de buena gente.
Para terminar le ruego a la señora Viceconsejera de Cultura, Rocío Gutierrez, que agilice los trámites para que este museo puedan disfrutarlo todos los melillenses. Es el deseo de Manolo Palomo, amante de la Historia de su ciudad, Alhucemas.

EMOTIVO ENCUENTRO SEPTIEMBRE 2004

EMOTIVO ENCUENTRO EN LA CASA DE MELILLA EN MÁLAGA



El día 17 de este mes de septiembre, a las nueve y media de la noche, conmemoración de la Conquista de Melilla, en la Casa de Melilla de Málaga se celebró un emotivo encuentro donde el local de la entidad se encontraba abarrotado de gente; en su gran mayoría éramos naturales de Melilla, al menos a mí me lo pareció por los rostros conocidos y a pesar de las canas que peinamos en la actualidad. Juan Hernández, poeta y actor, dedicado a los temas culturales nos deleitó, en síntesis y coloquialmente, con una breve crónica de la Toma de Melilla por parte de Estopiñán, de la cual muchas personas allí presentes tomaron buena nota, mayormente por el significado histórico. Cuando acabó su exposición se apagaron las luces del salón y con las bengalas encendidas que todos los presentes previamente teníamos aparecieron la Miss y el Mister, dos chavales muy guapos, de la Caseta de la Casa de Melilla en la Feria de Málaga de 2004 portando la bandera de la Ciudad. El mismo Juanito leyó a continuación unos datos que por históricos que son, y también por quien lo difundió en sus libros de Historia de la Ciudad recibieron un gran aplauso de los presentes; me refiero a quien fue hasta su muerte Cronista Oficial de Melilla, don Francisco Mir Berlanga; “Melilla es España 18 años antes de que Navarra se incorporara a la corona de Castilla, 162 años antes de que el Rosellón fuera francés, 279 años antes de que existieran los EEUU de América”. Si alguno de ustedes conoce el salón de la Casa de Melilla de Málaga deben saber que el tapiz, de varios metros cuadrados, que hay colgado en el fondo del escenario con una gran orla y el escudo de Melilla bordado en el centro es el mismo que don Francisco Mir tenía en el despacho de su casa, lo donó a esta entidad por su cariño y aprecio a sus componentes. Después se homenajeó a la bandera de Melilla y se cantó el himno de la Ciudad, brindando con una copa de vino al final de unos versos que hermanan a las dos ciudades, Málaga y Melilla. Si eso fue emotivo lo que vino a continuación lo fue más en grado sumo. Doña Consuelo Mir Berlanga, quien tuvo la deferencia de desplazarse desde Granada para el acto, y su hija Consuelo, hermana y sobrina respectivamente del que fue Cronista Oficial, hicieron entrega de parte de su biblioteca a la Casa de Melilla para así formar una biblioteca temática sobre la Ciudad, anhelo por parte de Juanito Hernández y del Presidente de la entidad, José Casado, que fue quien hizo entrega de un ramo de flores a la señora Consuelo Mir. Tengo que decir de esta señora que cuando habla de Melilla se le afloran las emociones; visiblemente se le puede apreciar como se infiltra por todas las calles de nuestra ciudad con su idiosincrasia intacta de buena melillense; también con solo observar un cuadro pintado al óleo del puerto donde el “Vicente Puchol” está anclado en sus muelles. Es una dama que lleva el nombre de Melilla con el mismo orgullo, mezclado de humildad, que su hermano lo hizo en todos los libros que escribió: “Melilla es la de un pasado heroico de aventuras y riesgos que merece ser conocido”. Así decía don Francisco en uno de ellos, libros que deben ser de cabecera para muchos melillenses amantes de nuestra Historia y que deben estar expuestos en todas las bibliotecas de todos los colegios de la Ciudad.
Desde estas líneas quiero dejar patente el denodado afán con que los organizadores de la Casa de Melilla, todos ellos, y en particular Juan Hernández y su Presidente, José Casado, han llevado a cabo el evento, que por sencillo y sin ningún refinamiento, lo hicieron con todo el cariño hacia todos los que allí estábamos. Vaya mi felicitación con un emotivo abrazo hacia ellos.
La guinda del pastel, la nota más gris, por darle un tono amable, fue que de las autoridades de la Ciudad Autónoma, nadie se dignó aparecer por allí, ni tan siquiera un burocrático y modesto telegrama de felicitación, que debiera haber sido enviado a todas las Casas de Melilla en la Península, cosa que algún responsable protocolario debe tomar buena nota para los próximos años. Ellos se lo perdieron.
Reciban un cordial saludo.

Juan J. Aranda
Málaga septiembre 2004

domingo, enero 08, 2006

Poemas Septiembre 2004

POEMAS SEPTIEMBRE DE 2004


En mis noches sin luna,
como una estela de luz,
tu alegría es la que me alumbra.
La greda traslúcida que forma mi amor,
como la alegre brisa
que frota mis pensamientos,
siempre eres tú.
Mi vida y mis sueños,
siempre eres tú.
Cuando en nuestro hogar
dominan los nubarrones,
la que enciende la luz de la esperanza,
siempre eres tú.
Cuando están llenos de tristeza
mis ojos,
la que el velo me quita
colmándolos de alegría,
siempre eres tú
El misterioso poder
que sale de mi corazón,
la que lo recibe con amor,
siempre eres tú.







Es la mujer melillense morena
y guapa africana,
muy sobre sí consciente
de su sentir español.



A mi mujer, Ana María, melillense como mi menda lerenda.







El viento en El Lobera
hace de atronadora orquesta
al compás de compasillo,
haciendo cantar sus árboles
con cascabeles en sus ramas
a sus hojas bailonas y risueñas.
El de su hermano,
el llano y bello Hernández.
en tres por cuatro por sus parterres
es un vals que balancea a sus palmeras.



“Los tristes creen que los vientos gimen; los alegres que cantan”.
(Patricia Highsmith)


Al Lobera y al Hernández




El río Oro es el irreversible flujo del tiempo, y España, en este caso Melilla, sabe de sus lágrimas que a veces recorren sus calles casi ahogándola (19 febrero de 1985, una de tantos).
La poesía hace justicia a las palabras que emocionan. Es como si fuera mágico cuando uno la escribe, como si liberaras quitando la mordaza de la injusticia. En este caso es el descorrer de las cortinas del recuerdo de nuestra vida; en este caso de la mía, el transcurso de ella de hace años. Si les digo que mis ojos quedan absortos en las estrellas junto a esta bahía malagueña recordando el áncora que me ata a Melilla, siendo mi madre la que me amarró a él con su cordón de amor, pensarán que es una nadería, y les puedo asegurar que es romanticismo y tan real como la vida misma. Algunos de mis coetáneos recordarán el agua apagada del estío a veces bravía de Trápana llegando sus gotas como suave azote por el viento a las parejas que se asomaban a sus murallas cercanas a las cuevas del Conventico junto al Bonete erguido y orgulloso como una proa de la nave de nuestro Rusadir. Ellos reían apartándose y saludando a las olas que rompían en las rocas.
En verano, cuando la Feria de septiembre se convertía en la tundidora de las calles del Centro, en el “Tubo del agua caliente” de la Fabrica de la Luz en San Lorenzo, con la comunión cumplida, muchas olas venían muy tendidas sin apenas mojar los pies, otras tomaban sus fuerzas desde el Faro del Puerto, llegando muy altas y haciendo flotar nuestros pequeños cuerpos en el rebalaje de arena amarilla. Pero de pronto a corta distancia se veía una muy grande con su cresta de espuma, lamiendo el Cargadero del Mineral en toda su largura, que recibíamos con gritos de alegría mezclados con escondido miedo; era el momento en que se nos caían los bañadores dejando nuestras partes, aún no pudendas, al socaire de las olas.
Al viejo de la boina y el bastón cuando aún no le habían dado la jubilación (licencia decía él) en el Ayuntamiento gustaba tomarse sus buenos vasos de vino en Casa de Carmelo, en la Cañada o Avenida de Castelar, diciendo como un experto sumiller, sin serlo, claro: “El vino de Casa Carmelo es amarillo, muy ligero y de trago largo”. Otra de las cosas que solía decir poco antes de irse con su esposa a descansar a la Purísima era que tenía un amigo filógrafo (coleccionista de autógrafos) con firmas de artistas venidos a Melilla en las primeras décadas del pasado siglo. Él tenía uno en un papel de color sepia, por lo antiguo que era, de “La Cachabera”, una artista que conoció en los años de cuando el “Desastre”, el de Annual y que más tarde se hicieron muy “íntimos” amigos. Este venerable anciano era un sentimental lleno de lirismo disfrazado de humorismo con retranca. Siempre decía que para ser alborotador hay que serlo de conciencias. Hace cuarenta años me dijo que en La Purísima debía haber una estatua de Moisés encima de la tumba de los Héroes Desconocidos en las guerras de Melilla, relatándome un hecho del gran Miguel Angel de cuando acabó de esculpir la estatua del portador de las Tablas de la Ley, anécdota que he podido leer hace varias semanas en el dominical de El País donde Manuel Vicent me lo hizo recordar que cuando Miguel Angel acabó la estatua de Moisés, le dio con el martillo en la frente diciéndole: “ Habla perro”, y el mármol de Moisés habló así: “ Creaste a David para hacer feliz el aire de Florencia, y por eso es música; y a mí me has creado para estar sentado sobre la carroña de un Papa, y por eso guardo la voz de los muertos”.
Como digo al principio son pasajes de la vida en el recuerdo. Yo creo que la piel de un poeta está hecha de palabras nerviosas voladoras en cielos de distintos colores menos el gris plomizo, que a mi no me gusta. Come a veces con los ojos cuando le falta un lápiz para apuntar lo que su memoria le niega, y la digestión la hace a través de las palabras llenas de encanto.

Juan J. Aranda
Málaga septiembre 2004

Sobre una visita que nunca llega 16/08/2004

SOBRE UNA VISITA QUE NUNCA LLEGA


La historia, esta vez es con minúsculas y con sordina por el pudor que siento, se ha vuelto a repetir; me refiero al gesto que las autoridades de la Ciudad han tenido con la Casa de Melilla aquí en Málaga. Ya sé que estas autoridades no tienen ninguna obligación de “oficio”para visitar nuestra caseta en el Real de la Feria malagueña, situada en la calle de “La Trini”, en el Cortijo de Torres; señalo la calle por si ellos no lo saben, porque de ella se llevarían pocos votos y claro está si no hay teta no hay leche que valga, aunque hubiese habido fotos con sonrisas obligadas. Pero una cosa si que deben tener en cuenta estos señores, buscadores del voto fácil, que aquí en Málaga se conoce Melilla por los melillenses que residimos en ella y por la Casa de Melilla que denodadamente, con más ánimo que euros, no paramos de “melillear” defendiendo nuestras costumbres, luchando por nuestra Historia (esta si es con mayúsculas), la gran desconocida de muchos compatriotas, y nuestra idiosincrasia en cada momento, que es el crisol de toda la Península; la defendemos desde cada puesto de trabajo, en las reuniones de amigos, en las tertulias de bibliotecas, en los bares tomándonos un café; y todo esto lo hacemos a pié de calle, como los albañiles trabajan a pié de obra, ladrillo a ladrillo, y no por los políticos de turno de la Ciudad que solo se les ve en los desfiles procesionales portando la vara en el Paso de la Misericordia, porque nuestro Ayuntamiento es Hermano Mayor Honorario de esa cofradía. La revista “El Abanico” que se publica anualmente en el periódico Sur, de todas las casetas que existen en Málaga, que son el ciento y la madre, tiene a la nuestra entre las cuatro primeras por antigüedad. El presidente de nuestra Casa, José Casado, entristecido me comentaba el hombre que muchos melillenses desplazados a la Costa del Sol por estas fechas es unos 20.000, y un alto porcentaje de ellos se han llegado por la caseta para ver, entre otras, una fotografía compuesta de nuestra Plaza de Toros, el Ayuntamiento y el edificio de La Reconquista en la fachada, y también para disfrutar de la buena acogida por parte de la directiva, por el magnífico servicio de bar, con precios muy asequibles para toda clase de bolsillos, y de la orquesta tan simpática que ameniza todas las noches las veladas. Muchos de ellos le preguntaban si las autoridades de nuestra Ciudad han aparecido por allí el día de la inauguración, aunque fuera para refrescarse con una cerveza y degustar un taquito de jamón. Claro es que no apareció nadie de los que mandan en la Casona de la Plaza de España, y créanme si les digo, que si nuestro amigo José Casado estaba apenado, como muchos de sus directivos, yo me he sentido aburrido, por no decir asqueado, porque como digo al principio, la historia se ha vuelto a repetir otro año más. El año pasado en la misma caseta homenajearon a Paco Benítez, mi amigo de la niñez en Ataque Seco, propietario del restaurante Los Salazones, conocido en las guías de turismo; a Antonio Aznar, otro gran amigo de siempre, que fue edil del PP hace años, en los que hizo de maestro de ceremonia o de protocolo y de cicerone para todos los que visitaban nuestra ciudad procedentes de la Península, y también presidente de la Asociación de Diabéticos hasta hace pocos meses; y a Ramoní, ídolo de muchos chaveas melillenses, que nos llenó de gloria futbolera hace décadas. Tres hombres buenos como personas y como hijos de Melilla que todos conocemos por su melillismo y por sus trayectorias en bien de nuestra Ciudad. Bueno pues el día en que se celebró el homenaje fueron acogidos con el cariño que nos caracteriza a todos los melillenses que residimos allende nuestra orilla, y también de muchos desplazados para la ocasión, pero hete aquí que de todos los políticos y autoridades que hay en Melilla ninguno se dignó acercarse a la feria para saludar a estos tres hombres emocionados, que han puesto el nombre de Melilla en un listón tan alto que dudo que estos políticos, con su parafernalia y disponiendo de dineros públicos para ello, lo lleguen a superar.
Referente a la campaña de los 40 “Smart”, que solo cuesta 1 (uno) euro al día, me dice José Casado que no tienen ni idea de ello, ni yo tampoco. Yo me digo a mí mismo: si el señor Consejero de Turismo, señor Mateo, el que el año pasado no apareció por la caseta ferial cuando el famoso homenaje, estando en Málaga (alguien lo vio por la Alameda Principal), hubiera descolgado el teléfono, el oficial que lo pagamos todos con nuestros impuestos, para comunicar a los de la Casa de Melilla que en la Costa del Sol se va a proceder al evento tan peculiar e insólito de que el alquiler de un coche de la marca Mercedes “Smart” solo va a costar 1 (uno) euro al día, creo que los melillenses que residimos aquí nos hubiésemos movilizado, dándonos patadas en el culo, como siempre ha ocurrido en temas que atañen a nuestra ciudad.
Quiero decirles a las autoridades que son votadas cada cuatro años y gobiernan nuestra Ciudad que aquí en Málaga existe un colectivo de miles de melillenses que no guardamos rencor por los “bofetones” de desaires que recibimos algunas veces de sus partes (no pudendas, claro está), pero como la capacidad de olvido viene con el tiempo transcurrido, será mucho este para que eso ocurra. Y eso de “Pelillos a la mar”, nada de nada. Yo le digo a José Casado y a todos los dirigentes de la Casa de Melilla lo que Edward Joung decía sobre la tristeza: “No puedes evitar que los pájaros de la tristeza vuelen sobre ti, pero debes evitar que aniden sobre tu cabeza”. En España, como somos tan refraneros, tenemos uno de ellos para todo y no se me ocurre otro que el que dice: “Árbol que no da fruto pide sustituto”. Más o menos quiere decir que se debe aconsejar suprimir aquello que no da fruto como lo hizo el pueblo de Madrid con la desdichada María Luisa de Orleans esposa del infecundo Carlos II: “ Parid, bella flor de lis / en aflicción tan extraña; / si parís, parís a España, / si no parís, a París”. O sea que si no valen para lo que han sido votados que se vayan a sus casas a hacer encajes en las bocamangas de las togas de los magistrados, o sea, puñetas, que al parecer, según decía mi madre, relaja mucho.
Reciban un saludo.