sábado, agosto 26, 2006

TRANSFUGAS ESCALADORES 07/12/04

TRANSFUGAS ESCALADORES


En León ha ocurrido una cosa semejante a lo que pasó en la Comunidad de Madrid, y es que se han cepillado al alcalde del PSOE por culpa de dos tránsfugas del partido local dándole la alcaldía al PP. En la calle muchos leoneses se manifestaron bronqueando a los tránsfugas y vitoreando al alcalde depuesto. Esto me recuerda un artículo de Manuel Vicent publicado en El País en aquéllos días tan aciagos para el candidato socialista a la presidencia de la Comunidad de Madrid. El artículo de Vicent se titula: “El Castillo”. Y empieza diciendo que el Sistema es un castillo prácticamente inexpugnable, en cuyo interior habita a sus anchas la derecha de toda la vida. La muralla de la fortaleza es muy alta, más o menos, como los torreones Bonete Chico, las Cabras, la Florentina, etc., que circundan El Pueblo en nuestra ciudad. Tiene barbacanas con artillería de todos los calibres y con un foso lleno de cocodrilos hambrientos. Dice que la derecha “se alimenta del Sistema por propia naturaleza llegándole la nutrición hasta el alma después de hacer un alto en los genitales, (será para orinar los desechos). Lo tiene todo a su nombre: el Papa y la bomba atómica, la Bolsa de Nueva York. y los misiles del Pentágono, el Derecho y la Justicia, el dinero y las finanzas, la Patria, las fincas y sus notarios, las escrituras de propiedad en el cajón de la cómoda, las cárceles y los pasteles para después de misa, (más bien un Vega Sicilia y unos taquitos de jamón y de queso), el suelo para edificar y debajo el infierno para castigar y un poco más arriba de los rascacielos (el lugar incomprensible llamado cielo) el trono del Padre Celestial ”. Para Vicent la derecha no necesita para nada ninguna ideología. Dice que “entre distintas familias de la derecha muchas veces se arrancan una pierna de una dentellada de tiburón, pero tan pronto sus intereses comunes peligran, tardan media mañana en cerrarse como un puercoespín, cuyas púas son distintas según los casos. Si las artimañas legales de la democracia no les bastan, siempre tienen a alguien dispuesto a sacar los tanques. La misión histórica de la izquierda consiste en asaltar ese bastión del Sistema. Antes de empezar a escalarlo los comunistas, los socialistas y los socialdemócratas pueden pelearse solamente por una palabra”. Dice que también la estrategia de escalar el muro los divide: “unos pretenden romper la muralla por las mala, otros se lo toman con calma, otros tratan de pactar concesiones con los que están arriba, o sea, con la derecha. Después de infinitas discusiones la izquierda comienza con afán a trepar por el lienzo y al verla subir, algunos especialistas de la derecha ya no les lanzan aceite hirviendo desde la barbacana (ya no se lleva eso), sino muchas canastas llenas de billetes atadas a una cuerda como el sedal de la pesca al volantín (pescar así es comodísimo). Cuando en plena ascensión alguien renombrado de la izquierda pica (como los que no se presentaron a la votación en Madrid o los de León), tiran con fuerza del sedal y lo elevan hasta la almena, trincado por las agallas y con la boca abierta. Era uno, o una, (en ambos casos hay una dama) que tal vez soñó un día en cambiar el mundo. Y entonces dentro del Sistema (en la plaza de Armas del Castillo) es celebrada una gran fiesta”. Mucha gente de derecha, no toda, tiene la memoria muy familiar y casi toda la izquierda, no toda, la tiene colectiva; ésta es por lo de la redistribución de las riquezas. Yo pienso que el dinero es como un virus maldito: una vez pudre el alma del que lo alberga, se va en busca de otro para chuparle su sangre fresca. Más o menos como Drácula. Y ¡Colorín, Colorao!, éste cuento sigue sin acabar
Reciban un cordial saludo.


Juan Jesús Aranda
Málaga diciembre de 2004