sábado, agosto 26, 2006

DE RECUERDOS Y ANTIGUALLAS 15/11/04

DE RECUERDOS Y ANTIGUALLAS

El día 18 de octubre veo en la primera página de este periódico una fotografía actual de un pequeño autobús, al parecer era de los felices años veinte, circulando por la Plaza de España en una especie de concentración para un reportaje de vehículos antiguos. Mi cariño por las cosas inmemoriales, como las fotografías familiares de color sepia por los años transcurridos que guardamos en viejas cajas de galletas como oro en paño; mi abuela guardaba la tabaquera de lata de su hijo Juan, como carteles y programas de teatro del año 1907 del Teatro Alcántara; de febrero de 1916 del Teatro Kursaal, actual Nacional, de la que muchos antiguos, entre ellos mi madre, llamaba “Cuesta del Kursaal” a la avenida de Cándido Lobera; del Salón Imperial de diciembre del mismo año; de 1923 del Reina Victoria y de 1935 del Cine Monumental, que nuestro amigo el señor López Domínguez tuvo la amabilidad y la gentileza de enviarme a mi domicilio, gesto que selló nuestra amistad y mi agradecimiento, enviándole desde estas líneas un cordial saludo. Viendo la figura de ese antiguo autobús por la Plaza de España me puse a buscar entre las fotografías hasta encontrar varias de las que he enviado tres a la redacción de este diario para que los amables redactores publiquen la que mejor les cuadre. La más antigua es la que se ve a un señor joven y enchaquetado que era el conductor de una camioneta, que en la actualidad nos parecería de juguete o de museo, con las ruedas macizas, sin puertas y sin faros eléctricos, encendiendo estos con carburo al llegar la noche, camioneta que sirvió a principios de los años veinte, entre otras cosas, para el traslado de heridos, y a veces cadáveres, de los distintos puestos militares de las zonas de conflictos hasta Melilla. Otra es la que se ven a cinco muchachos imitando un accidente causado por una moto con sidecar de la marca Harley Davidson de la segunda década del pasado siglo junto a los talleres de la antigua Junta de Arbitrios (Ayuntamiento). Esta moto era un vehículo oficial o de representación, como antes se les denominaba a estos vehículos. La tercera se puede ver al mismo señor, ya conductor de un coche de alquiler con la matrícula ML 1237. Este era un Sedan de cuatro puertas de la marca Erskine del año 1928. El alquiler de este coche, para trabajar como taxi durante quince meses, costó la “friolera” de tres mil once pesetas de las de 1935. La casa oficial de esta marca de coches que existía en Melilla en aquellos años se llamaba: “Moncada, Sánchez del Pozo y Cia. S.L.” situada en la calle Doctor Rizal nº 46. La factura de alquiler de este coche tengo la suerte de conservarla, ya que está a nombre de mi padre y es el que se ve retratado en los tres vehículos que también los conducía. El antiguo nombre de la calle Doctor Rizal, que en la actualidad se llama General Polavieja, lo he encontrado en el voluminoso libro de casi seiscientas páginas, el que he bautizado como “Tesoro histórico de las calles melillenses”, que la Asociación de Estudios Melillenses editó en 1997, cuando la conmemoración del V Centenario de la Ciudad. En él se pueden encontrar por orden alfabético todos los nombres actuales de las calles y barrios y también con los que fueron rotulados anteriormente como por ejemplo, por ser la calle que anduve de chaveílla: Calle Teruel, que si algún vecino desea saber el primer nombre con que la rotularon, según el callejero de la A. E. M., fue con uno de los títulos nobiliarios que poseía el General don Francisco Serrano Domínguez (general Bonito), la de “Duque de la Torre”, el otro título que tenía era la de Conde de San Antonio; quizás a las autoridades de entonces les pareció más acorde el de La Torre, nombre que siempre se le ha conocido, pero muchos vecinos del barrio le quitábamos La Torre y solo decíamos: calle Duque; más tarde durante la II República, el 13 de febrero de 1932, se lo cambiaron por el de “Nakens”; y el 18 de diciembre de 1940 lo volvieron a cambiar por el de “Teruel”, que es el que en la actualidad figura en los letreros. Como todo el mundo sabe donde actualmente está situada es en el Barrio de El Carmen, que durante la II República se le llamó: “Barrio de Torrijos”. Todo esto es copiado literalmente del callejero de la A.E.M., que el anterior presidente de esta Asociación, don José Luís Blasco, tuvo la gentileza de enviarme.
Esta pequeña historia, en resumen, de la calle Teruel va dirigida a los antiguos vecinos de la misma; a las señoras Esperanza, Manoli, Micaela, y cómo no, al señor Nano, todos poseedores de tiendas de ultramarinos; a la señora Ana, propietaria del antiguo obrador de confitería, de caramelos y de carne de membrillo, y a su segundo esposo, don Ricardo y de los hijos de éste, Ricardo y Carmelo; al dueño de la carbonería situada frente a los marmolillos; al del estanco y al de la panadería junto a la antigua fuente de hierro de agua de Trara. A todos ellos, y a mis padres en particular, sirvan estas líneas como un humilde homenaje desde esta otra orilla.
Reciban un cordial saludo.

Juan J. Aranda
Málaga octubre de 2004