sábado, agosto 26, 2006

CERTAMEN DE POESÍA 28/11/04

CERTAMEN DE POESÍA “ÁNFORA DE PLATA”, CASA DE MELILLA EN MÁLAGA



RECUERDOS DE MI NIÑEZ EN MELILLA


Aunque romántico parezca,
y quizás lo sea,
si Sócrates pensaba dialogando
y Descartes dudando yo,
cuando pienso en Melilla
dichoso lo hago soñando.
nunca digo que es mía
porque la realidad es
que soy de ella,
como la Ñ a nuestro castellano idioma,
como el olor ajado de una rosa,
como mis pensamientos al aire
en mi Parque Lobera
que siempre me retraen a la niñez.
A sus murallas de San Miguel,
o las de San Carlos,
donde en invierno
la lluvia oblicua las golpea.
Donde en el atardecer del estío
una pareja con la oratoria
muda en sus ojos
sólo hablan de amor.

¡Melilla!,
con tu Rusadir barbacano
que te guarda y te mima
desde La Concepción,
desde Las Cabras,
desde La Florentina,
desde las Cinco Palabras,
todos con sus lienzos de piedra,
donde sólo te habla el viento
que al mar, dislocado, agita.
Y el Gurugú,
¡ay!, Gurugú escabroso
que siempre salvaje
desde su ruinoso castillo te vigila.
Lugarón que fuiste
gayola de presos antaño,
sonriente y feliz eres hogaño.
A veces eras
por vecinos asediada,
otras, con ingratitud,
por hermanos desamparada.
Pero siempre por aquellos,
tu pureza española,
sin razón es deseada.

Tu Río,
tu Oro,
no es oropel de relumbrón
ni tampoco aprendiz de río.
Es nuestro Oro,
el de las ranas y los sapos,
el de la aguada de mi padre,
el que a veces,
con sus buches que asustan,
atraviesa tu corazón.

Tus dos grandes pensiles,
como pañuelos bordados de flores,
son los hermanos melillenses:
El Hernández,
y el Lobera,
mis parques.
El “cánido” de Ataque Seco,
desde su atalaya de Victoria Grande siempre
mira con amor de hijo humilde
a su lejana Madre España.
Él siempre la llama con dulzura
ofreciéndole sus frutos:
“Es mi sombra de pinos, madre”.
Su hermano, el Hernández,
desde sus altas palmeras
con estribillos de sus ramas
y sus flores cantoras
celoso le dice:
“Yo la veo mejor que tú
y nos manda besos con el mar”.

¡Melilla!,
coqueta, alegre y bonita,
con tus calles alfombradas de Historia
durante siglos Marte te cubrió de gloria
eres en mi corazón honda jacilla.
De añil alumbrada oyendo
tú viendo cruzando la mar
una africana gaviota volar
y en sus alas mi niñez trayendo
a esta hermana orilla mi memoria
bebiendo de tu inmensa gloria.
Con los colores de nuestra bandera acerola
para mí serás siempre española.