Llamamiento a las Casas de Melilla 23/02/2004
LLAMAMIENTO A TODAS LAS CASAS DE MELILLA EN LA PENÍNSULA, Y LA DE JERUSALÉN. Y TAMBIÉN A LOS MELILLENSES QUE RESIDEN EN LA CIUDAD
Como todo el mundo sabe al Trono o Paso de Cristo Yacente -Santo Entierro para los melillenses-, unos ladrones (igüedos) le pegaron fuego dos días antes de Navidad en los antiguos locales de Obras Públicas y, claro, ante el hecho tan desagradable, que más bien fue un bofetón hacia nuestra cultura y costumbres religiosas, las personas, los cofrades en este caso, se pusieron mano a la obra ya que ésta era ingente reconstruirlo lo antes posible. El trono quemado lo construyeron en Granada en 1943, siendo una réplica del que existe en la Iglesia de los Capuchinos de El Pardo, y venerada en Melilla desde ese mismo año, que muchos veíamos procesionar por la Avenida cuando éramos unos niños de pantalón corto por la rodilla. Como anécdota histórica diré que Juan Carlos I, nuestro Rey, fue nombrado Hermano Mayor Honorario Perpetuo desde los años ochenta por la Junta de Gobierno de la Cofradía cuando era Presidente de la misma don Francisco Pérez Alvarez, y según tengo entendido nuestro monarca, de Melilla, solamente ostenta ese título honorario, y si no llevo razón que alguien me lo rectifique para que todos lo sepamos.
En Melilla, los cofrades y amigos, han puesto en circulación la campaña de: “1 Euro de Solidaridad”. Han colocado huchas, como las del Domund, en muchas tiendas de la ciudad. El Ayuntamiento está en primera fila ayudando, como muchas instituciones oficiales, en las Monjas del Buen Consejo, las Damas de María Inmaculada, en Supersol, en varias naves del Polígono Sepes. Todo el mundo se está volcando en ayuda para que el Santo Entierro vuelva a ser, si no como antes, sí que tenga su parecido esplendor procesional. Hay personas o entidades privadas que han donado todo el arroz para la gran paella que se va a consumir el día 7 de marzo en Puerto Noray, costando cada plato una módica cantidad que será engrosada en la Cuenta Corriente, Cofradía del Nazareno, Pro-Santo Entierro, en Unicaja, sucursal de la calle O’Donnell, Melilla 52001. Los giros postales de particulares y los donativos recaudados en las distintas Casas de Melilla en la Península, como en la de Jerusalén -¿porqué no?-, deben ser dirigidos a esa dirección, y a los residentes en la ciudad que deseen colaborar que se pasen por esa oficina de Unicaja, que allí hay un señor muy amable que pertenece a la cofradía y les atenderá como se merecen. No importa si solamente es un euro, con la voluntad es suficiente, pero que esta sea “voluntariosa”.
La construcción del Paso se hará, o se está haciendo, en Granada. La primera parte, que es la plataforma o catafalco cuesta 42.000 euros, y la segunda, que son los 14 medallones tallados cuestan otros tantos.
Lo mismo que las distintas Casas de Melilla solicitan a menudo prebendas, aguinaldos o subvenciones al Ayuntamiento de la Ciudad (muy bien que hacen, porque el que no llora no mama y se queda sin teta), ahora recíprocamente entiendo, ignorante de mí, que cada miembro o visitante de esas asociaciones aporten, apoquinen, endiñen, en fin, dén algo para el Santo Entierro; aunque sea el valor de un café con leche con un bollo con aceite, o sea, un desayuno; es como si invitáramos a un amigo a eso, a desayunar, y también que sepan que los melillenses que estamos fuera contribuimos a que los desastres ocurridos en la ciudad sean paliados lo mejor y antes posible.
Los melillenses nos lo merecemos; es nuestra cultura, nuestra idiosincrasia como cristianos nacidos en ese trocito de España en África; la que queremos y amamos con toda nuestra alma, y porque nuestras madres nos parieron allí.
Esperando la Cofradía del Santo Entierro vuestros cariñosos ÓBOLOS (en mayúscula), reciban por mi parte un saludo, también cariñoso.
Juan J. Aranda
Málaga 23 de febrero de 2004
Como todo el mundo sabe al Trono o Paso de Cristo Yacente -Santo Entierro para los melillenses-, unos ladrones (igüedos) le pegaron fuego dos días antes de Navidad en los antiguos locales de Obras Públicas y, claro, ante el hecho tan desagradable, que más bien fue un bofetón hacia nuestra cultura y costumbres religiosas, las personas, los cofrades en este caso, se pusieron mano a la obra ya que ésta era ingente reconstruirlo lo antes posible. El trono quemado lo construyeron en Granada en 1943, siendo una réplica del que existe en la Iglesia de los Capuchinos de El Pardo, y venerada en Melilla desde ese mismo año, que muchos veíamos procesionar por la Avenida cuando éramos unos niños de pantalón corto por la rodilla. Como anécdota histórica diré que Juan Carlos I, nuestro Rey, fue nombrado Hermano Mayor Honorario Perpetuo desde los años ochenta por la Junta de Gobierno de la Cofradía cuando era Presidente de la misma don Francisco Pérez Alvarez, y según tengo entendido nuestro monarca, de Melilla, solamente ostenta ese título honorario, y si no llevo razón que alguien me lo rectifique para que todos lo sepamos.
En Melilla, los cofrades y amigos, han puesto en circulación la campaña de: “1 Euro de Solidaridad”. Han colocado huchas, como las del Domund, en muchas tiendas de la ciudad. El Ayuntamiento está en primera fila ayudando, como muchas instituciones oficiales, en las Monjas del Buen Consejo, las Damas de María Inmaculada, en Supersol, en varias naves del Polígono Sepes. Todo el mundo se está volcando en ayuda para que el Santo Entierro vuelva a ser, si no como antes, sí que tenga su parecido esplendor procesional. Hay personas o entidades privadas que han donado todo el arroz para la gran paella que se va a consumir el día 7 de marzo en Puerto Noray, costando cada plato una módica cantidad que será engrosada en la Cuenta Corriente, Cofradía del Nazareno, Pro-Santo Entierro, en Unicaja, sucursal de la calle O’Donnell, Melilla 52001. Los giros postales de particulares y los donativos recaudados en las distintas Casas de Melilla en la Península, como en la de Jerusalén -¿porqué no?-, deben ser dirigidos a esa dirección, y a los residentes en la ciudad que deseen colaborar que se pasen por esa oficina de Unicaja, que allí hay un señor muy amable que pertenece a la cofradía y les atenderá como se merecen. No importa si solamente es un euro, con la voluntad es suficiente, pero que esta sea “voluntariosa”.
La construcción del Paso se hará, o se está haciendo, en Granada. La primera parte, que es la plataforma o catafalco cuesta 42.000 euros, y la segunda, que son los 14 medallones tallados cuestan otros tantos.
Lo mismo que las distintas Casas de Melilla solicitan a menudo prebendas, aguinaldos o subvenciones al Ayuntamiento de la Ciudad (muy bien que hacen, porque el que no llora no mama y se queda sin teta), ahora recíprocamente entiendo, ignorante de mí, que cada miembro o visitante de esas asociaciones aporten, apoquinen, endiñen, en fin, dén algo para el Santo Entierro; aunque sea el valor de un café con leche con un bollo con aceite, o sea, un desayuno; es como si invitáramos a un amigo a eso, a desayunar, y también que sepan que los melillenses que estamos fuera contribuimos a que los desastres ocurridos en la ciudad sean paliados lo mejor y antes posible.
Los melillenses nos lo merecemos; es nuestra cultura, nuestra idiosincrasia como cristianos nacidos en ese trocito de España en África; la que queremos y amamos con toda nuestra alma, y porque nuestras madres nos parieron allí.
Esperando la Cofradía del Santo Entierro vuestros cariñosos ÓBOLOS (en mayúscula), reciban por mi parte un saludo, también cariñoso.
Juan J. Aranda
Málaga 23 de febrero de 2004
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