miércoles, enero 04, 2006

Poemas enero 2004

Poemas enero 2004
(A la atención de Eladio Algarra y el grupo de poetas para su publicación)

CANTO A MELILLA

Coqueta alegre y bonita, Melilla.
Con tus calles alfombradas de Historia
donde antaño Marte las cubrió de gloria,
eres en mi corazón honda jacilla.

De añil alumbrada oyendo
tu viento cruzando la mar
una africana gaviota volar
y en sus alas mi niñez trayendo

a esta hermana orilla mi memoria.
Bebiendo de tu inmensa gloria,
con los colores de la acerola
para mí serás siempre española.





















RECUERDOS ROMÁNTICOS DE MI CIUDAD
Cuando fui joven con la fogosidad romántica de la edad salí de una ciudad con aromas marineros que entreteje la alegría florida de sus parques con fragantes herencias de honor patrio.  Metió su idiosincrasia en mi alma atando un áncora a mi recuerdo constante para no salir jamás.  Con su cielo azul enterizo derramado como cascada luminosa que solo las golondrinas, hermanas de las nubes blancas de algodón, lo empañan con timidez.  A veces éstas discuten desaforadamente desde Rostro Gordo a qué parque deben dirigirse cada mañana para acompañar la orquesta de sus árboles y parterres.  Acostumbrada a los besos azules de sus olas donde la anclaron en un mar, el más azul de todos, lanzando con su espuma grandes gritos de amor a su madre en la otra orilla peninsular, siendo su música marina la que siempre se oye en sus playas y acantilados.  La transparencia con que se refleja la luna en la playa en calma se rompe su redondez en cada suave ola que lame la arena en San Lorenzo y Cárabos.  Ese mar es a un tiempo tranquilo cuarzo pintado de azul añil que efervescentes gotas bailonas en sus olas de ira que la golpea.   Amasada con los nombres del viejo y barbacano Rusadir, de las Cabrerizas Altas y Bajas, de la fortaleza-prisión de Rostro Gordo, del Gurugú, que ahí sigue orgulloso y vigilante insultando al tiempo con su esplendor de antaño y su ruinoso castillo como monumento funerario a los caídos en sus laderas y en su Barranco del Lobo con significado profundo donde solamente salen a la luz el recuerdo del paseo que antaño Marte hizo por sus calles.  Pintada con amor por las mejores manos de gloria de tantos héroes que nada pidieron ni recibieron a cambio, solo la esperanza de ver lo que es hoy en día, una ciudad luminosa que piensa y canta en la lengua cervantina, castellana y española por excelencia.  Héroes que a veces caen en el anonimato trágico que el de sus nombres borrosos, que nadie conoce, esculpidos en viejas losas rotas de un patio en La Purísima, donde de vez en cuando alguna caritativa alma deposita flores en tarros de cristal y lata que el sol, más tarde, abrasa sin piedad.  Hay veces que los hilos de humo amoroso que le cantan sus juglares son deslucidos con los recuerdos de batallas inútiles ensombrecidos y enterrados por canciones de combates inolvidables. Tiene una coqueta Avenida que se deja querer por sus plazas que de frente la miran vigilantes y abrazada por sus calles adyacentes sin esquinas.  Con sus parques pulmonares que la oxigenan y sus claros pensiles llenos de flores de luz, con las rosas llorando por sus pétalos caídos al viento y los claveles con estribillos de arco iris rientes y burlones al estar ahítos de agua estrellada en los surcos que los alimentan.  Recibiendo también el limpio aliento de brisa del pinar de Rostro Gordo por sus blancas azoteas.  Hay veces que su río Oro cuando pasa por el Tesorillo llorando, sus lágrimas son torrentes aciagos que se desbordan por sus calles.  Eso es cuando pintan el aire de violentos juegos de luz llamando al trueno que asusta por sus fronterizos y abanicados arrabales de calles a cordel tiradas.