miércoles, enero 04, 2006

Réplica a Maruja Torres 11/01/2004

REPLICA A MARUJA TORRES SOBRE “MELILLENSES”

Maruja Torres, curtida periodista y autora de varios libros, escribe en El País Semanal de 11 de enero en su columna: “Perdonenquenomelevante” (sin espacio alguno) titulada: Melillenses, por la película del mismo título de nuestro paisano Moisés Salama, que yo no he tenido la suerte de ver, pero sí replicar a la señora Torres por la manera tan alegre y desenfadada, como ella es en sus escritos, de describir la situación de nuestra ciudad.  “Fortificación bastante inútil, a la larga, del nosotros que no quiere a los otros”.  O sea que según ella nosotros los melillenses, más bien los que residen en la ciudad, no quieren a sus vecinos.  “Melilla es nuestro Beirut, nuestra Jerusalén, nuestra puerta cerrada, nuestra falsa convivencia, nuestro conflicto.  Debería ser nuestra esperanza”.   Yo creo que esta señora debiera residir por un tiempo en la ciudad y conocer nuestro conflicto por las sempiternas reivindicaciones de nuestro vecino, que es como una mosca cojonera; vivir junto a sus gentes, sabedora de su idiosincrasia y ver si la convivencia es falsa o verdadera.  “La guarnición que espera siempre al enemigo que no llega”, dice que cuenta otro personaje de la película.   Ese personaje debiera saber que una ciudad frontera debe tener una mínima guarnición para su guardia y custodia, y Melilla la tiene como es natural.  “Melilla, que vive de venderse a sus vecinos marroquíes, a quienes descaradamente desprecia: como cualquier frontera de Estados Unidos con Méjico, el comercio-hormiga resulta imprescindible, pero arruga los belfos que se creen más rubios”.   Yo no sé si algún melillense arruga o aprieta sus labios (belfos) cuando observa a alguien de la “otra parte” pasar la frontera con algún bulto a su espalda.  Eso de venderse a sus vecinos tiene unas connotaciones un poco fuertes que un buen entendido en el comercio de ambos países debiera replicarle.  Sobre el desprecio descarado que se siente hacia los vecinos, como dice. Yo descargo todo mi desprecio, sin dejar nada en el tintero, por lo abyectos y ruines que son, a los cabrones que trafican con personas o con drogas, equiparable a los que agreden y asesinan a sus parejas, al tratar a estas como objetos en vez de personas.  Y como ya digo, mi desprecio empieza y se acaba en esa gentuza.  Y pienso que en Melilla mucha gente de bien, sean de la comunidad que sean, residentes o no, opinarán de esta forma.  “ .... Melilla se coció bajo el colonialismo español, ha continuado abandonada a su suerte bajo los diferentes gobiernos democráticos centrales, y que de su riqueza cultural nadie saca partido....”.  Lo que dice del cocimiento de Melilla bajo el colonialismo y que ha continuado abandonada a su suerte  bajo los gobiernos democráticos centrales, etc. .  Debe leerse la historia de nuestra ciudad y repasarse algunas fechas donde se firmaron unos Tratados que como todo contrato entre las partes hay que cumplir, y así enriquecer sus vastos conocimientos.   Por el espacio y el tiempo y como son tantos los autores entendidos en la materia le recomiendo se dirija a los señores: José Luís Blasco López, Presidente de la Asociación de Estudios Melillenses, a Saez Cazorla, a Bravo Nieto, a Vicente Moga Romero del Servicio de Publicaciones de la Consejería de Cultura en el Hospital del Rey. Que por cierto, de este señor hace tiempo que no veo ninguna de sus nuevas publicaciones.  Más adelante dice que “la Melilla real se queja del abandono que sufren los melillenses de religión musulmana, de la falta de protección del idioma tamazigh”.  Sobre el abandono que sufren los melillenses de religión musulmana y la protección del tamazigh le aconsejo que  repase el artículo 3º de nuestra Constitución que es el que se refiere a nuestra lengua oficial, el Castellano, y que estas personas que se sienten perjudicadas reivindiquen, si jurídicamente es posible, el apartado tres de dicho artículo.    Sobre el apartado dos del mismo, le recomendaría que se leyera en el Estatuto de Autonomía de Melilla su artículo quinto: “Los DERECHOS y DEBERES fundamentales de los melillenses son los establecidos en la Constitución”.  Y en el apartado H de este mismo artículo dice: “La promoción y estímulo de los valores de COMPRENSIÓN, RESPETO y APRECIO de la pluralidad cultural y lingüística de la población melillense”.  No dice nada de protección, sino de comprensión, de respeto y de aprecio.  Que es lo que yo hago cada vez que mi tiempo me lo permite, para enriquecer mis modestas entendederas, con la gramática rifeña titulada: La Lengua Rifeña Tutlayt Tarifit, de M. Tilmatine, A. El Molguy, C. Castellanos y H. Banhakeia.  Intentar comprenderla, ya que de niño ya me gustaba, respetarla por los vecinos y amigos que aún perduran, y apreciarla como a cualquier cultura enriquecedora.  Solo eso, y lo lamento.
A la señora Maruja Torres seguiré leyéndola cada domingo en la revista El País Semanal con los belfos arrugados.  Hasta que la lectura de sus artículos los desarrugue.
Reciban un cordial saludo.


                                   Juan J. Aranda
                                   Málaga 11 de enero de 2004