miércoles, enero 04, 2006

Napoleón 26/01/2004

CONSULTA SOBRE UNA ESTATUA Y OTRA  DE  NAPOLEÓN

     Les tengo que decir que desde hace días me siento reconfortado, si así es como debo llamarlo.  Lo digo porque no es solamente nuestra ciudad la que tiene una calle con el nombre de Napoleón; ¡que tiene tela!.  Un amigo que sabe lo que pienso al respecto, me llamó para decirme que en Barcelona, en el distrito postal 8023, existe un pasaje con el nombre del general francés.   No sé si aplicarme aquello del perro del hortelano, que ni comía ni dejaba a nadie meter el hocico en su plato.  Llámenlo como quieran.  Yo creo que quien  sepa algo al respecto debiera salir a este ruedo informativo y aclarárnoslo de una vez: Porqué, de qué mente preclara salió la idea, qué le debe mi ciudad a un militar que invadió mi País y causó tantas muertes.  Aunque para algunos esa invasión fue para traernos el movimiento ideológico de finales del XVIII a favor de la secularización de la cultura por su fe en la razón para que todo el mundo fuéramos más iguales y libres. Así tal cual, llámese Ilustración. Otros le echan las culpas al Narizotas, el de los mismos perros con distintos collares, mal llamado “El Deseado”, Fernando VII, que lo que verdaderamente fue un indeseable, y si no léanse la biografía de Sánchez Barbero.  Un intelectual liberal preso político y muerto en Melilla el 24 de octubre de 1819, cuando la ciudad era presidio y que odiaba con toda su alma, a la que también dedicó unos versos cargados de resentimiento : “..... Aquesta mansión de criminales, negra siempre abominable mansión de las cadenas”.  (...) Para escarmiento de poetas patrios/ tan viles como tú, yo te mandara,/ Publio Nasón, con triplicados hierros,/ Atado el pie, desnuda la rodilla,/ morar en el presidio de Melilla”.  También decía que las pulgas eran los sabios de Melilla.  Sánchez Barbero tiene su nombre rotulado en una calle de Melilla, (sin comentario). Pero yo, particularmente, pienso que el nombre de ese general debiera ser cambiado por el de D´Alembert o por  Diderot, fundadores de la Enciclopedia, y así quedaríamos todos contentos.  Y la calle Jardines - ¿serían por los de Babilonia?- en el Mantelete, que la cambien por el nombre de mi maestro de música, Don Julio Moreno, ya que fue muy cerca de esa calle, en la antigua Medina Sidonia, donde impartió sus clases de música.  
     Y ahora vamos con la estatua de Isabel La Católica en la Plaza Torres Quevedo.  La que muchos guasones llamaron “Maribel La Católica”, porque parece una jovencita llevando del brazo a un niño, que algunos también llamaron Felipe El Hermoso.  Mal llamado así porque éste fue su yerno, esposo de Juana La Loca. Un guiri de Brujas, Bélgica.  Dicen que el niño es un indígena de las Américas. Bueno, para no extenderme más en la Historia que todos podemos consultar en cualquier enciclopedia, voy a hacer varias preguntas a todas las personas que sepan, y creo que son muchas: ¿Quién fue el autor-escultor de la estatua?. ¿Dónde y cuando se hizo?. ¿Cuántas pesetas costó?. ¿Cuál fue la fecha exacta de su inauguración?. No me digan quién fue el alcalde porque se sabe que en aquéllas fechas lo era don Francisco Mir Berlanga, quien inauguró varias fuentes y colocó tantas vallas en el Centro.  Como Melilla también tiene herencias castizas de estas tierras andaluzas yo recuerdo, como anécdota jocosa, que a la fuente que colocaron en la Plaza Menéndez Pelayo le llamaron “La Pila Bautismal de los Cabezones”, y otros  decían que era “El Bidé del Cura”.  Pues anda que la barriada de Puerto Real en Cádiz que tiene el nombre más original que pueda existir: “Meaero de la Reina”.  Algún día les explicaré el orígen del nombrecito.  Las respuestas contrastadas serán pasadas por el tamiz cultural y por la severidad de un jurado formado por los sesudos miembros de la Junta de la Asociación de Estudios Melillenses, apartado de Correos 258 o Torreón de San Juan nº 8.  Serán nombrados y reconocidos como “Melillense Puesto en Historia de Melilla”.  La copa de vino, español por supuesto, será a cargo de los que la pidan en el local que elijan, ya que ellos mismos se lo pagarían, por supuesto.  Yo estoy tieso y tengo que decir que la A.E.M. no puede hacer esos dispendios, y ahora menos, que se han borrado varios miembros y nuestro actual Presidente dice que deja el puesto pasando a la “Reserva Activa”.  Cosa que muchos sentimos porque José Luís Blasco, como todo el mundo sabe, es una pieza muy importante en el cuadro de la A.E.M., y sería, junto con los demás miembros, el encargado de supervisar las respuestas.  Al que salga como responsable de la Presidencia  ya sabe que tendrá que recoger el testigo. Y al listón tan alto que le ha dejado José Luís procure que ningún escalador o reptante –con P- de andamios figurones o también de hacedor de cama mullida se lo haga bajar.  Desde esta otra orilla tendrá siempre mi humilde colaboración.
     Anímense y colaboren para que sepamos el origen de la estatua de Isabel La Católica y el motivo de rotular con el nombre de Napoleón una calle de nuestra ciudad.  
Desde Málaga les deseo sean felices.        

                                   Juan J. Aranda
                                   Málaga 26 enero 2004